La mejora de los accesos al colegio Igrexa no se puede ejecutar por ahora
18 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El Concello de Redondela necesita 600.000 euros para mejorar los accesos al colegio Igrexa y hacer segura la subida de los niños por un camino, el de la Buraca, que carece de aceras y que tiene muchos socavones que se llenan de agua. Desde AER señalan que el problema es que en estos momentos el Ayuntamiento no dispone de fondos para acometer la obra que proporcione seguridad a más de un centenar de niños que se desplazan desde Chapela a las clases. Las mismas fuentes señala que en su día el gobierno municipal de Javier Basa debería haber exigido a Audasa que no solo construyera el colegio sino unos mejores accesos. Audasa se limito a levantar el centro y la rotonda para los autobuses. El Ayuntamiento está acometiendo obras en otra vía cercana al centro, la subida a Cidadelle, pero no puede empezar las de Buraca y otras vías aledaña como reclaman los padres y profesores. La inversión en la subida a Cidadelle cuenta con el respaldo de la Diputación y asciende a 300.000 euros. Para acometer la otra obra en el Camiño da Buraca se necesitarían otros 300.000 euros para expropiar los terrenos colindantes a los caminos y otra cantidad similar para acometer la aceras, el pavimentado y las luces. Como no puede gestionar por ahora el arreglo total, tras las protestas de lo padres por el mal estado ha vallado uno de los atajos que suben al colegio porque hay riesgo de que se desplome un roble centenario y el talud que lo sostiene, debido a los últimos temporales. Esta atajo pertenece a un afinca particular cuyos dueños han cedido el paso y los han asfaltado para facilitar la subida peatonal. El camino principal está lleno de coches y autobuses y hay riesgo de atropellos. Incluso se mueven remolques con embarcaciones porque en la vía se encuentra una carpintería naval . También hay camiones que descargan en la trasera del supermercado cercano.
José Manuel Rodríguez, vecino de la zona, presentó el pasado día 15 una queja al Concello para que retirasen el roble que se ha quedado casi en el aire sin sujeción en las raíces por lo que estima que hay riesgo de que caiga sobre los transeúntes. Medio Ambiente lo ha examinado y ha decidido no cortar el árbol. Por el camino no solo pasan niños sino personas mayores, incluso una abuela en silla de ruedas que acude con cierta regularidad a la casa de su hija.
El colegio está construido en un terreno de 33.000 metros cuadrados donde se iba a construir una urbanización de adosados y que no se llevó a cabo. Abanca se lo vendió a Audasa para que pudiese trasladar allí el centro que estaba antes junto a la AP-9.