Arroja al contenedor a un chihuahua herido porque el veterinario le cobraba 700 euros por las curas

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

POLICÍA LOCAL DE VIGO

Un joven que buscaba su cartera robada en un colector de Vigo descubrió a la mascota herida, que había sido atacada por un perro de presa de la raza Akita Americano con el que convivía

20 feb 2024 . Actualizado a las 01:09 h.

El dueño de un perro de la raza chihuahua arrojó a su mascota a la basura en Vigo porque el veterinario le cobraba 700 euros por curar las heridas que le causó un perro de presa. Fue a finales de enero. Un joven que rebuscaba en un contenedor de basura descubrió a la mascota herida y la salvó. La Policía Local de Vigo ha localizado e identificado ahora al dueño como presunto autor de un delito de maltrato animal.

Todo empezó cuando la víctima de un robo estaba buscando su riñonera en un contenedor de basura de la avenida de la Florida. Al mirar, se asustó porque una bolsa del colector se movía. La abrió y, dentro de un segundo envoltorio atado, vio asomar la cabeza de un perro de pequeñas dimensiones que se quejaba. Tenía varias heridas.

El joven trasladó urgentemente al animal a un centro veterinario de guardia en la calle Teixugueiras, en Navia, y fue asistido por la veterinaria del centro quien reconoció de inmediato al animal porque lo había atendido horas antes. Tenía heridas graves que necesitaban de la rápida intervención quirúrgica para salvaguardar la vida del perro. Algunas lesiones estaban en una de las patas delanteras. 

POLICÍA LOCAL DE VIGO

El joven que encontró el perro entre la basura manifestó su voluntad de hacerse cargo del animal y de los gastos de derivados de su atención veterinaria.

La Unidad Medioambiental de Intervención Rural (Umir) de la Policía Local de Vigo, especialistas en medio ambiente e intervenciones con animales, investigaron los hechos. Finalmente, dieron con el dueño, que al verse descubierto confesó que tenía otro perro de raza Akita Americano, grande y con mandíbulas fuertes y poderosas, que había herido gravemente a su chihuahua, con el que convivía.

Admitió que era necesaria una intervención quirúrgica, que le supondría un gasto económico de unos 700 euros, y decidió abandonar el centro, alegando que se lo llevaría a un amigo también veterinario, para su tratamiento. Lo que no hizo, sino que lanzó al animal herido a un contenedor.