Un año de cárcel por matar a su perra como castigo por huir y colarse en un hotel de Baiona
VIGO
El acusado dijo que habían atropellado a su mascota y enterró el cadáver en el jardín de su casa
09 may 2024 . Actualizado a las 01:06 h.Un vecino de O Val Miñor ha aceptado este miércoles un año de cárcel tras declararse culpable de un delito de maltrato animal. Reconoció que había matado a su perra como castigo por huir y colarse en un hotel de Baiona. Inicialmente le había echado la culpa de las lesiones a un falso atropello. La vista por conformidad se ha celebrado en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo.
El implicado aceptó una inhabilitación especial de tres años para el comercio o tenencia de animales. La pena de cárcel ha quedado suspendida a condición de que no delinca en tres años.
Los hechos
El implicado se encontraba en Baiona en la mañana del 9 de julio de 2023 con su perra, que huyó y se coló en la recepción del hotel Arce de Baiona. El acusado le dijo a un empleado del establecimiento que la perra se le había escapado, por lo que este la cogió y, tras colocarle la correa que el dueño le facilitó, se la entregó y salió.
Una vez fuera, empezó a levantar a la perra, sujeta por la correa, a considerable altura dejándola caer violentamente contra el suelo. Repitió la maniobra hasta en tres ocasiones, tras lo cual el animal ya no se movía. Pese a ello repitió la misma maniobra una cuarta vez y tras ese golpe, le propinó una patada. Como consecuencia de todo ello el animal sufrió diversas contusiones y la fractura de los huesos frontal y parietal derecho, así como un hematoma subdural que le ocasionaron la muerte.
Al poco tiempo volvió a la recepción del hotel con el animal muerto en los brazos golpeando la puerta del hotel repetidamente mientras gritaba que había matado a la perra a patadas, por lo que el empleado llamó a la policía. El hombre indicó a los agentes que el empleado había matado al animal de una patada y después aseguró que un coche que iba a salir del hotel había atropellado al animal.
Finalmente se fue de allí con la perra muerta, a la que enterró en un jardín próximo a su domicilio, lugar del que fue desenterrada por agentes de la Guardia Civil, que entregaron el cadáver al centro veterinario Caan de la Diputación de Pontevedra para realizar la necropsia del animal.