«Fue una experiencia única»

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Ester Navarrete repasa su debut en un Europeo que acaba con medalla de bronce y la confirmación de una óptima preparación de cara al maratón olímpico

11 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Con Isco dándolo todo para animarla por las calles de Roma y terminando su primera media maratón en un Europeo con la medalla de bronce colgada al cuello, lo vivido el domingo es algo que Ester Navarrete Santana (Vigo, 1990) jamás olvidará. «Fue una experiencia única, fue mi primera vez, nunca había vivido esto a este nivel y, encima, nos hicimos con la medalla por un segundo, lo que todavía sabe mejor», comentaba ayer la maratoniana viguesa mientras hacía turismo por la ciudad romana y cargaba pilas para el maratón olímpico que le espera el próximo mes de agosto en París.

El bronce llegó después de una dura prueba marcada por la humedad y el calor que lo condicionaron todo. «No fue como pensaba. Teníamos miedo por el calor y la humedad e iba con más prudencia. Yo tenía la idea de salir con el primer grupo, pero en carrera se notaba la humedad, tenía mucho calor y no quería abusar de ritmo», comenta la viguesa, que entró en el décimo tercer lugar y se queda con la duda de cuál habría sido su techo si llega a atacar antes: «Al final intente remontar y casi llegué con mis compañeras. Ahora, en frío, es fácil pensarlo, pero creo que si hubiese atacado un poco antes, hubiese rascado. En su mente estaba ser la primera española, pero fue la segunda y cumplió el reto principal: «Siempre te gusta ser la primera española, pero mi objetivo era quedar entre las 16 primeras y lo conseguí», recuerda la maratoniana.

Cuando cruzó la línea de meta, Ester y sus compañeras todavía no sabían que subirían al podio por equipos: «En meta estábamos en dudas. En carrera te lo van diciendo, y a falta de dos kilómetros, nos dijeron que íbamos cuartas a 40 segundos». Finalmente, recortaron esas diferencias y atraparon la medalla por la que apostaba la atleta viguesa antes de la prueba.

Sin embargo, el mejor regalo para Navarrete fue escuchar los gritos de ánimo de su hijo Isco a lo largo del recorrido: «Ver a mi hijo en el circuito es como un empujón más, me daba más adrenalina para querer hacerlo mejor y los ánimos fueron increíbles, porque lo daba todo animándome. Fue el mejor regalo», precisa.

En la ceremonia de premiación, le dieron un peluche y una medalla y su hijo tuvo claro desde el principio qué cosa le interesaba más: «Me dieron un peluche y una medalla y él quería el peluche, la medalla le daba igual», comenta Ester entre risas.

Además del subidón por lograr su primera medalla en un Europeo a los 34 años, la cita romana también le valió para testar su estado de forma y el nivel de sus entrenamientos a un mes y medio de la cita parisina. «Me sirvió como un buen test para París, y terminar con tantas fuerzas me sirve para tener esas ganas de estar bien. Estamos viendo que los ritmos y los entrenos están ahí, que estamos por el buen camino».

La atleta olímpica formada en el atletismo popular ya estará hoy en Vigo, donde completará toda la preparación, con la intención de «meter kilómetros». «Hemos trabajado bien los ritmos y los tenemos ahí», sostiene. Serán semanas de carga, pero controladas (según la hoja de ruta de Manolo Vigo) para que Ester Navarrete pueda salir igual de satisfecha de su primer maratón olímpico. En París, como en Roma, su retoño será su fan número uno animándola en las calles.