El equipo vigués dependía de lo que hiciera el Gran Peña para mantenerse en Tercera Federación
24 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El Gran Peña no era el único equipo vigués que se jugaba su futuro en el Helmántico. También lo hacía un Rápido de Bouzas que terminó la liga logrando eludir el descenso directo, pero que ocupaba puesto de arrastre. Esto significaba que necesitaba un ascenso gallego a Segunda Federación para mantenerse en Tercera y, al no haberse producido, baja a Preferente.
Esto supone para el conjunto aurinegro dar al traste con 25 años ininterrumpidos militando en categoría nacional. El grueso de esta larga etapa fue en la categoría que ahora abandona, pero incluso llegó militar dos temporadas en Segunda B. El histórico ascenso se produjo en el año 2017 de la mano de Patxi Salinas y su sucesor, Borja Jiménez, logró mantener al equipo un año más en la entonces categoría de bronce del fútbol español.
Al año siguiente, con Jorge Otero, primero, y Míchel Alonso, después, regresaron a Tercera. Desde entonces, habían sido cinco años seguidos que ahora llegan a su fin. El Rápido sumó 42 puntos, uno por encima del descenso directo que marcó el Paiosaco y a uno de la salvación del Betanzos. El cuadro que comenzó dirigiendo Rafa Sáez y del que luego se hizo cargo Víctor Rodríguez saldó las 34 jornadas de campeonato con once victorias, nueve empates y catorce derrotas, con 38 goles a favor, siendo el equipo más realizador de la segunda mitad de la tabla, y encajando 40. Estos números le habían dejando el alambre, con la única esperanza de que alguno de los gallegos hiciera la machada del ascenso, algo que no sucedió.