La víctima del crimen de Moaña fue maniatada y murió asfixiada tras pelear con su asesino

J.R. VIGO / LA VOZ

VIGO

Balbino Soliño, en el juicio que se celebra en Pontevedra.
Balbino Soliño, en el juicio que se celebra en Pontevedra. MARTA REGUERA

El balance de las declaraciones de 27 testigos, agentes y forenses sitúan al acusado en la escena del crimen; este miércoles declara el procesado, que solicitó hablar de último

02 jul 2024 . Actualizado a las 21:28 h.

El crimen de Tirán implicó la muerte de Cándida Soaje de forma violenta, por asfixia y agredida. Ocurrió en el contexto de un robo en la vivienda de la víctima, pero sin que conste que el presunto culpable, Balbino Soliño, se llevara un euro. La víctima apenas manejaba efectivo, incluso a principios de mes, al cobrar la pensión. El asalto a la casa se consumó el 3 de julio del 2021. El culpable tal vez elucubró con sustraer a cualquier precio la pensión. Pero Cándida Soaje no se amedrentó al toparse de frente en su casa con el ladrón que acabó siendo verdugo.

La escena del crimen hallada por los primeros agentes policiales en llegar evidencia que ambos pelearon hasta que Cándida perdió ese pulso a vida o muerte. Los agentes declararon en la vista de este martes que su cuerpo estaba en el recibidor, con las manos atadas a la espalda y el cuello al pasamanos. A mayores, sangre en el suelo y en paredes. Pero justo al lado del cadáver, signos de que ambos pelearon y en la pugna rompieron cosas en la casa. La ropa tirada en el suelo sería porque la víctima trasladaba colada en el momento de toparse con el asesino en la vivienda, desprotegida. Muebles descolocados y algunos objetos rotos fueron igualmente secuelas de la pelea.

Otros testigos, vecinos de Tirán, declararon también este martes. Aseguran que el día de autos vieron al acusado merodear la casa de la fallecida antes del crimen. Uno concretó haberlo visto en del jardín, que implicaría que Balbino saltó el muro o logró abrir una puerta de acceso incurriendo en un allanamiento de morada.

La vista de hoy sirvió para que declararan los testigos restantes. Lo hicieron 27 en total entre investigadores, forenses y otras personas. El balance de todas las declaraciones deja en mala posición al acusado de cara al veredicto que decida el jurado popular y valide la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra. Fue el turno de dos agentes de la Guardia Civil que inspeccionaron la vivienda del acusado tras su detención, al día siguiente de hallarse el cadáver. Pusieron en valor que en una papelera de su casa se hallara un llavero con llaves de la puerta de acceso al jardín de Cándida, o unos guantes con sangre que encaja con el ADN de la víctima.

Este miércoles será el turno del único acusado, Balbino. Solicitó al inicio de la vista declarar de último para escuchar primero a todos los testigos. Hoy, el juicio se suspendió antes de lo previsto porque la declaración del procesado se prevé larga y no daba tiempo. La Fiscalía acusa a Balbino Soliño de un delito de tentativa de robo con violencia en concurso medial con un asesinato alevoso, y pide que sea condenado a 25 años de cárcel y que indemnice al único hijo de la fallecida con 30.000 euros.