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La esgrima como una tradición familiar

HUGO DE DIOS VIGO

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Daniel la practica desde que tiene uso de razón y ahora transmite su pasión a sus aprendices como maestro

12 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

De orígenes colombianos nacido en la capital de España, Daniel Pinto se dedica a la esgrima desde que tiene cinco años. Continuó así con una tradición familiar que venía de años atrás. Su madre, Nena Cano, es campeona nacional y fundadora del Club de Esgrima Cidade de Vigo, al que pertenece Daniel.

«Para mí era muy natural porque toda mi familia lo hacía, pero era consciente de que no era un deporte común», cuenta sobre como era practicar esgrima desde tan pequeño. Asegura que muchos niños hoy en día van a probar porque «les gusta El Zorro o Ladybug», lo que familiariza a los más pequeños con este deporte.

A pesar de comenzar muy joven con la espada, Daniel también probó el kung-fu, el balonmano, el fútbol sala y el tenis, pero se decantó por el deporte familiar. Asegura que la esgrima «te implementa valores muy importantes como el respeto» tanto hacia el contrario, como con el árbitro o el propio maestro.

Su trayectoria deportiva

Daniel comenzó en el club de su madre, pero terminó cambiándose CE El Olivo porque no había niños de su edad para entrenar. Más tarde, estuvo en el CE Coruña, que «tenía más nivel que aquí» por aquel entonces. En su etapa universitaria formó parte de la Sala d'Armes de Montjuic (Barcelona) y del CE Barajas, en Madrid.

Arrancó con el Grado de Arquitectura en Barcelona, pero la «falta de motivación» le hizo dejarlo por lo que realmente le apasionaba, «ser entrenador de esgrima». Tras varios años de formación se dedica plenamente a ello, enseñando a aprendices desde los cuatro años hasta los más veteranos, que superan los sesenta.

Sus grandes referentes han sido el japonés, Yuki Ota, y el alemán, Peter Joppich, reconocidos a nivel mundial. Sin embargo, comenzó a «ver la esgrima de forma diferente» cuando descubrió la Escuela di Ciolo, en Pisa. «Allí te enseñan a ser crítico y ganas autonomía, fue una apertura de ojos para mí», relata Daniel sobre su experiencia con el maestro Antonio di Ciolo.

El pasado noviembre, disputó los Juegos Nacionales en Colombia, evento que se celebra tradicionalmente antes de las Olimpiadas. Representando a la región de Risaralda, lograron dos medallas, dejando por el camino a Bogotá, la capital del país.

A pesar de esto, cuenta que su mejor recuerdo fue durante la presentación. «Ver un estadio entero entregado a ti es una experiencia increíble», dice Daniel como representante de la región anfitriona. Su primo, que competía con él, le dijo «esto es lo más cerca que vamos a estar de cantar un gol», por los ánimos recibidos.

La evolución de la esgrima

Desde que empezó a competir, hace 25 años, su deporte ha sufrido varios cambios y avanza hacia un futuro esperanzador. «Cuando yo arranqué había 3.000 licencias en España, ahora ya hay casi 6.000» cuenta Daniel sobre la popularización de la esgrima.

Sin embargo, cree que ciertas variantes en la normativa restan espectacularidad a los combates. «Beneficia los contraataques sobre la velocidad de piernas, por lo que tienes que ser más precavido», explica el esgrimista.

A nivel internacional piensa que, «el sistema deportivo español está muy lejos del italiano o el francés», asegurando que, desde su experiencia, estos países pueden contar cincuenta árbitros, mientras que en España «si juntamos diez ya son muchos».

Esto lleva a que, en ocasiones, los maestros tengan que actuar como jueces. «Quieras o no, siempre estás condicionado», argumenta sobre arbitrar a sus propios deportistas.

Sobre la esgrima en Galicia afirma ser «la quinta comunidad más potente». A pesar de esto cree que el buen nivel en competiciones autonómicas no se plasma en las nacionales. A sus aprendices les ayuda a orientar los objetivos «a lo más alto, para que los más asequibles sean un mero paso en el camino hacia el gran reto».

El valor del CE Cidade de Vigo

Fundado por su madre en el año 2000, desde hace cuatro forman a esgrimistas más jóvenes. La pasada temporada contaron con al rededor de treinta licencias entre espada y florete, las dos disciplinas que ofrecen. Además, están trabajando para implantar también la de sable.

Este año, lograron medallas en todas las categorías a las que presentaron candidatos menos en una, por lo que «el trabajo se está haciendo muy bien» sostiene Pinto. Sin embargo, la falta de experiencia de los más pequeños les condiciona. «Nos falta dar el salto a las competiciones nacionales» explica Daniel.

La competitividad con su madre

Su primera maestra, y una de sus grandes referentes, sigue en activo en el club y defiende el título de campeona de España. «Mi madre es súper competitiva y yo también, muchas veces acabamos peleados» relata Daniel, aunque afirma que «lo que pasa en la pista se queda en la pista».

Sobre la posibilidad de transmitirles su pasión a sus futuros hijos piensa que «hay que ser prudentes» y que siempre «tiene que surgir de ellos», ya que si es algo forzado puede terminar siendo contraproducente.Desde su experiencia sabe que mezclar la familia y el trabajo es complicado, ya que a veces «pueden saltar chispas», pero cree que «sería muy bonito prolongar la tradición familiar que viene de hace tantos años».