Los delfines destrozan las nasas de anguilas en la ría de Vigo: «Ya perdí unos 3.000 euros»

Monica Torres
mónica torres ARCADE / LA VOZ

VIGO

Mónica Torres

Pescadores de la cofradía de Arcade reclaman ayudas de la Xunta para aparejos

14 ago 2024 . Actualizado a las 04:40 h.

Los arroaces saltando y siguiendo a las embarcaciones de pesca y los barcos de pasaje son una estampa idílica de la que disfrutan vecinos y turistas. La presencia de estos delfines comunes en la ría de Vigo es habitual y la convivencia con los marineros es también una tradición. Sin embargo, en Arcade los pescadores han de afrontar cuantiosas pérdidas económicas debido al daño que provocan estos mamíferos marinos en sus aparejos. «En lo que va de campaña ya perdí entre 2.500 y 3.000 euros en nasas para anguilas rotas por los arroaces», explica Carlos Rivas.

Hace ya quince años que este marinero regresó de Madrid. Había hecho carrera como cocinero en la capital, «pero quería regresar por amor al mar y a la familia», explica. Reclama, con sus compañeros de la cofradía de Arcade, ayudas de la Xunta que permitan paliar el impacto de los delfines mulares.

Cada embarcación lleva una media de 80 butrones. «Todos los años hemos de hacer dos o tres nuevas, pero aun así en esta campaña solo tengo dos o tres sin repasar». Se topan con las redes rotas cuando van a recogerlas, con la consiguiente pérdida de la anguila que se escapa por los agujeros. «A un compañero y a su novia le rompieron 120 de las 160 que tenían entre sus dos embarcaciones en un solo día», advierte. La situación está provocando un grave quebranto en la economía de los profesionales, asegura. Tanto es así que «ya solo salimos quince de los treinta y tres barcos con licencia para anguila y tenemos zonas a las que ya no vamos directamente por miedo a los arroaces», afirma.

No falta el producto, «y más que hubiera, todo se vendería», pero urgen la implicación de la Administración económica para reponer aparejos cuando menos. «Hacemos nuestras propias nasas porque, si las vas a comprar nuevas, salen a 100 o 120 euros cada una y llevamos unas 80. Cada butrón lleva sus plomos, su varilla y su red», explica Rivas. Los anguileros de Arcade las echan los lunes a mediodía y los martes comienzan a recoger, desde las seis y hasta las once de la mañana. El sábado se retiran los butrones porque han de estar 48 horas fuera del agua por descanso.

«El trabajo es estupendo. Solo nos preocupa el impacto de los arroaces en nuestros aparejos», insiste el pescador.

En el registro de la plataforma Pescadegalicia.com, se aprecia una descenso de capturas del producto sobre la que advierten. Sucede tanto por el daño en las redes como por los pescadores que ya han desistido y el producto que se escurre del butrón en cuanto descubren algún agujero.

En lo que va de temporada, que arranca el 1 de abril y se prolonga hasta septiembre, han pasado por la lonja de Arcade 11.594 kilos de anguilas, unos 3.000 menos que el año pasado. «En el 2021 las capturas cayeron a la mitad, pero porque la restauración estaba cerrada por la pandemia», recuerda. Los arroaces llegaron este año antes de lo habitual. «Normalmente entran a finales de mayo o principio de junio, pero ya estaban aquí por la ría en abril, casi cuando arrancaba la campaña de anguila», indica Carlos Rivas. La anguila representa, además, «entre un 70 y un 80 % de las capturas del pósito». Arcade es el principal puerto de descarga de la ría, apunta. Temen que la Unión Europea, que ya recortó tres meses la campaña desde el año pasado, prohíba la pesca de anguila como especie en extinción a la merma de capturas. Por eso insisten. «Sí hay producto, pero no lo pescamos porque los arroaces rompen las redes», dicen.