Los armadores de Vigo buscan nuevos sistemas sonoros para alejar a los delfines de los barcos

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La presencia de cetáceos que causan daños a la flota del cerco se multiplica

03 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los delfines causan muchos daños a las pesquerías de sardinas y caballas, complican las maniobras de los barcos y están empezando a hacer oídos sordos a los sistemas tradicionales para ahuyentarlos. Cada vez hay más cetáceos en la ría de Vigo y en la desembocadura del Miño porque la especie se está recuperando bien, asegura Alberto Prieto, de la Cooperativa de Armadores de Vigo, una organización que coopera con la Asociación Botlenose Dolphin Research Institute (BDRI). La situación mantiene en jaque a 27 barcos de pesca del cerco con base en Vigo y en Cesantes, que suelen trabajar de marzo a finales de octubre en la captura de pescados azules. Es una flota que proporciona 300 empleos directos en la zona (miles en toda Galicia y norte de Portugal).

Capturar accidentalmente un delfín en una red de cerco resulta un problema para los marineros y para los mamíferos marinos, por eso hay que mantenerlos lejos con sonidos que les ahuyenten. Pero los delfines son muy listos y enseguida aprenden. Hasta hace dos años se espantaban con un dispositivo que se introducía en el agua y los alejaba. «Emitía ondas continuas, pero los delfines se acostumbraron al sonido e incluso empezaron a asociarlo con la presencia de pescado, por lo que han perdido el miedo y se acercan más a los barcos mientras extienden el cerco para faenar», cuenta Prieto, que dirige un proyecto de la cooperativa para desarrollar otros aparatos acústicos diferentes que cumplan su cometido.

«Estamos averiguando que en Italia han creado un emisor que produce ondas que van variando de frecuencia. Así que el delfín no puede acostumbrarse al mismo sonido, sino que va modificándose la frecuencia que pasa de 80 a 100 herzios o 70», explica el científico que estudió Ciencias del Mar en la Universidad de Vigo. Desde marzo, dos días a la semana los observadores científicos recopilarán datos detallados sobre las interacciones con cetáceos y evaluarán el impacto de los pingers multifrecuencia. En colaboración con BDRI, estos datos serán analizados para determinar la eficacia de los dispositivos y proponer mejoras en su uso y aplicación.

Con EcoCerco no solo se espera reducir las interacciones negativas con cetáceos, sino también mejorar la sostenibilidad de las pesquerías de cerco, proteger especies amenazadas y aumentar el conocimiento sobre la interacción entre cetáceos.

Evitar interacciones

Los cetáceos son una de las especies que más interaccionan durante las operaciones pesqueras, pudiendo producir daños y pérdidas económicas a los pescadores, así como dañarse a ellos mismos al contactar con los aparejos de pesca. Por ello, existe una preocupación por evitar estas interacciones negativas, para lo cual es necesario el compromiso del sector pesquero, instituciones y centros de investigación. Muestra de este compromiso es el proyecto EcoCerco, una iniciativa de la Cooperativa de Armadores de Vigo y la Asociación Botlenose Dolphin Research, que tiene como objetivo minimizar las interacciones negativas entre cetáceos y la actividad pesquera de cerco.

Este proyecto de 240.000 euros está financiado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (Fempa) a través del programa Pleamar de la Fundación Biodiversidad. Los científicos y armadores estudiarán la eficacia de los más modernos dispositivos disuasorios acústicos multifrecuencia, conocidos como pingers.