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La empacadora de residuos de Guixar se ampliará treinta años después del estallido del conflicto

La Voz VIGO / LA VOZ

VIGO

Cedida

Cambiará el aspecto exterior con un nuevo recubrimiento y acogerá el contenido de los contenedores de restos orgánicos

03 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi treinta años después de la puesta en funcionamiento de la empacadora de Guixar, que generó una gran contestación social en Teis, será objeto de obras de ampliación. Sogama adjudicó por más de 1,4 millones de euros la mejora y adaptación de la planta para que pueda recibir la fracción orgánica recogida de forma diferenciada mediante el contenedor marrón.

Los trabajos prevé una nueva tolva para la transferencia de biorresiduos, así como la sustitución de la envolvente del conjunto. El proyecto contempla la sustitución de todas las chapas de cierre de la nave, con el fin de aumentar el nivel de aislamiento acústico derivado de la propia actividad de la instalación. Además, se actualizará el diseño para una mejor integración en el contorno.

Una vez concluida la obra, pasará a formar parte de la red pública de infraestructuras para la valorización de la materia orgánica. El objetivo es ayudar a los Ayuntamientos, que son los que tienen las competencias en materia de residuos, a cumplir con la legislación vigente y facilitar así la conversión de los biorresiduos de origen doméstico en compost, un abono natural de alta calidad que puede ser utilizado en la agricultura y la ganadería.

Tras la renovación, las instalaciones de Guixar contarán con la capacidad para trasvasar 10.480 toneladas anuales de materia orgánica recogidas de manera diferenciada mediante el contenedor marrón, para ser transportada posteriormente a la planta de biorresiduos más próxima, donde recibirá tratamiento.

El plazo de ejecución de estos trabajos es de seis a siete meses. Un total de 295 concellos que aglutinan a 2,2 millones de habitantes están adheridos a Sogama La instalación de la de Vigo en Guixar fue una de las más polémicas.

Guerra de la basura

Su ubicación fue el desencadenante de la que fue conocida como la guerra de la basura y provocó la presentación de una candidatura que estuvo a punto de obtener representación en la corporación municipal. El Concello prendió la mecha en agosto del 1994 al otorgar la licencia para su construcción en Guixar. El pleno municipal celebrado entonces fue una declaración de intenciones de los vecinos. Tomates, huevos, patatas, vasos y hasta un termo de café fueron algunos objetos arrojados a los miembros de la corporación por los vecinos del barrio de Teis. Hasta las municipales de 1995, el gobierno vigués vivió en un permanente estado de nervios.

Las obras de la empacadora se convirtieron en un frente de batalla en el que raro era el día en el que no se produjesen enfrentamientos entre vecinos y policías, con el resultado de heridos y detenidos. La violencia se recrudeció a partir de mayo de 1995, cuando entró en funcionamiento la planta. Poco a poco, el estallido social se fue apagando. La apertura de la empacadora permitió realizar el sellado del vertedero de O Zondal y cerrar la incineradora de Matamá.