Grison Beatbox, colaborador de «La Revuelta»: «Estaría bien intercambiarnos con las hormigas de Pablo Motos»

El Auditorio Reveriano Soutullo de Ponteareas recibirá el domingo, a las 19.00 horas, a Grison Beatbox, colaborador del programa de televisión La Revuelta. Protagonizará el espectáculo En bucle. El precio es de 14 euros más gastos de gestión giglon.com.

—¿Cómo es este espectáculo?

—Está basado en el empleo de un loop station que reproduce bucles de música. Con él, grabo distintas pistas hasta crear canciones. Me ayudo con mi voz y una guitarra.

—Podría parecer que un «loop» y una guitarra no casan bien.

—Cualquier tipo de instrumento combina bien. El espectáculo podría hacerlo solo con la voz, pero creo que introducir otros instrumentos dan mucha riqueza al espectáculo y ayudan a que la gente pase un tiempo más ameno. Además, la guitarra tampoco la toco mal del todo. Hay gente del público que quiere tocar.

—¿Interactúa con el público?

—El espectáculo funciona como un karaoke. La gente me pide canciones y sube a cantar conmigo; les grabo en el «loop» y hacen las canciones ellos. Cada uno elige su propia aventura.

—¿Hay mucha improvisación?

—Sí. Tengo un esqueleto del espectáculo y algunos recursos para cuando el público es más tranquilo, pero trato de que el discurso vaya hacia un juego con la gente para que surjan situaciones en directo.

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—¿Y el público le sigue el ritmo?

—Sí, y en Galicia el público suele ir a tope.

—¿Cómo llegó al «beatbox»?

—Yo era músico y sufrí un accidente esquiando que me dejó seis meses sin poder tocar la guitarra. Ya antes me gustaba hacer cosas anómalas con la voz. A base de una exploración propia fue surgiendo el asunto.

—¿Qué le pidió Broncano cuando empezó en «La Resistencia»?

—Lo que hago en mis espectáculos. Tocar la guitarra y hacer ráfagas musicales para la entrada y salida de público.

—¿Dónde se vive mejor en «La Resistencia» o en «La Revuelta»?

—Es el mismo programa. A mí no me ha cambiado nada. Sigo yendo tres cuartos de hora antes, me hago unas flexiones, me ducho y digo las mismas chorradas. Por mí está todo bien.

—¿Crea tensión la competencia con «El Hormiguero»?

—No, seguimos haciendo lo mismo, quizá, a lo mejor en dirección, pero, yo al ser un asalariado no lo noto. Yo veo al equipo muy relajado. Igual si las audiencias fueran otras sí se sentiría, pero, es que no vemos ni a los de Televisión Española por allí.

—La bomba sería que les llevaran a «El Hormiguero» a usted y a Castella.

—No creo que ocurra. A mí me encantaría intercambiarnos un día con las hormigas; que estuvieran donde estamos nosotros, y nosotros saliésemos de la mesa de Pablo Motos.

—¿Se enfadó con la polémica de las drogas?

—No, yo ya sabía que todo eso era un bulo, así que me da más repertorio para hacer chistes. Todo lo que sea agitar el avispero de la actualidad nos viene muy bien.

—¿Al margen de la televisión son sus espectáculos su auténtico camino?

—Sí, además es por eso por lo que me he hecho famoso. Ten en cuenta que llevo veinte años ante el público con mis espectáculos y sigo disfrutando.

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