Archivan la denuncia de una becaria contra su jefe por abusos con sumisión química en una cena de Navidad
VIGO
Las cámaras los grabaron entrando juntos en los baños de hombre y ella replicó que tiene novia y además, días después, tuvo «flashes» que le hicieron sospechar que su director, 30 años mayor, le había vertido una sustancia en la bebida
22 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Audiencia en Vigo ha archivado la denuncia de una becaria de banca que acusó al director de su sucursal, 30 años mayor, de haber abusado sexualmente de ella mediante sumisión química en unos baños de caballero durante una cena de empresa en la Navidad del 2023 en esta ciudad. La joven dijo que tenía flashes o recuerdos inconexos, por lo que sospechó que su jefe le había dado a beber alguna sustancia de sumisión química durante el evento celebrado con sus compañeros de oficina.
El análisis de la orina de la denunciante detectó positivo en varios fármacos contra la ansiedad, antiinflamatorios, cocaína y sus metabolitos y restos de cannabis. Sin embargo, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses no halló rastro de burundanga o similares y la Quinta Sección de la Audiencia, en un auto del 3 de julio, concluye que «la cuestión de la sumisión química carece de todo fundamento».
En abril, el Juzgado de Instrucción número 8 de Vigo, que investigó la denuncia, archivó el caso porque no vio creíble que el director abusase de la becaria en plena cena. La joven no tenía un recuerdo claro y no se acordaba si había habido penetración. El jefe sí reconoció un encuentro sexual con besos y tocamientos «a iniciativa de la becaria» y con su consentimiento. El juez creyó al director porque el testimonio de la becaria estaba «lleno de inexactitudes y lagunas» y sugiere que fue causado «por la bebida». Además, los testigos los vieron ir juntos al baño y las cámaras del local los grabaron.
La joven apeló a la Audiencia porque, según dijo, ella tenía novia y no era creíble que fuese ella la que «tontease» y que además se citasen en el baño de hombres, lo que indica que era él quien tomó la iniciativa. Testigos y cámaras los vieron entrar. Recalcó que ella había bebido alcohol y que «el investigado bien pudo haberle echado alguna sustancia en la bebida». El juez sospechaba que los recuerdos de la joven pudieron quedar «distorsionados por el reconocido consumo excesivo de alcohol no solo en la cena (cuatro o cinco copas de vino y dos destilados después), sino al día siguiente», porque tomó cocaína, porros y alcohol.
La Audiencia tiene en cuenta que la denunciante, al volver a casa de la cena, envió un wasap a su novia sobre la supuesta agresión sexual y admitió que no se lo había pasado bien pero sin comentar «tan grave episodio». Pasados dos días, a la joven le vino «un flash» al recibir un wasap de su director y «se le activaron los recuerdos que motivaron la denuncia». La Audiencia se fija también en la diferencia de edad entre la becaria, de 23 años, y su director, de 53: «No es un dato incontestable de experiencia que en estas situaciones sea la persona de mayor edad y de mayor cualificación profesional la que tome la iniciativa en el acercamiento sexual».
La sala añade que el comportamiento de tonteo entre el investigado y la denunciante pudiera o no ser reprobable resulta intrascendente a los efectos del delito investigado.
La Audiencia también rechaza el argumento de la denunciante de que ella tiene novia porque, según la misma reconoció, también tuvo relación con hombres en el pasado.
En cuanto a un informe forense que reconocía que lo narrado por la joven es compatible con un trastorno por estrés postraumático, eso no sirve para mucho porque tampoco hay pruebas que avalen la versión de la denunciante.