Una peluquería de Tui consigue las 4 estrellas y entra en la lista de las más valoradas de España

Monica Torres
mÓNICA TORRES TUI / LA VOZ

VIGO

iMónica Torres

QHair, la guía Michelín del sector, encumbra el salón de belleza de Naldo Costas: «Es fundamental entender lo que busca cada persona»

24 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Naldo Costas es una de los salones de belleza más Q de España. Es el sello de calidad que The Qhair otorga a un selecto grupo de peluquerías y salones que cumplen con los más altos estándares de profesionalidad. La guía Michelín de las peluquerías reconoce la «excelencia y calidad en el servicio» y la «contribución al bienestar y satisfacción de los clientes» de este salón de Tui con nada menos que cuatro estrellas

El galardón llega en el treinta aniversario de un salón que ha hecho escuela, tanto en Tui como en la ribera lusa del Miño. Hace dos que dieron un paso más en su trayectoria poniendo en marcha un «salón integrativo de belleza consciente» que nació con otro premio bajo el brazo ya que la rehabilitación de las instalaciones, en un local histórico del centro de Tui a cargo de la interiorista Ana Valcárcel, recibió el galardón Gran de Area. El de Naldo Costas es un proyecto vital que comparte con su mujer Eva y que fusiona sus dos vocaciones, la arquitectura y la peluquería.

«Bienvenidos a la revolución de la singularidad» es la consigna de ese proyecto que ha conquistado al jurado y el método que le ha distinguido durante todos estos años. «Es el reconocimiento a toda una trayectoria personal y profesional, pero también a un proyecto de vida que nos emociona especialmente porque sitúa a Tui en la vanguardia del cuidado y la imagen personal a nivel nacional», indica este gurú de la belleza. En esa línea de crear sinergias avanza, pero no desvela, un próximo evento sorpresa «para dinamizar el sector de la imagen de forma conjunta con el norte luso».

iMónica Torres

Preguntado por las claves que han catapultado a su salón, Naldo Costas defiende la apuesta por esa revolución de la singularidad que abandera. Un cambio de rumbo que él ya ha convertido en tendencia: «Los peluqueros hemos de pasar de ser necesarios a deseados». Adiós a lo hábitos y a las obligaciones. Deja a un lado las visitas imprescindibles para tapar canas o cortar puntas para dar paso a «espacios en los que las personas vengan a sentir, a dialogar y sobre todo a escucharse a sí mismas».

Heredó la vocación por la peluquería de su madre, Virginia, que tenía salón en Oporto y después, en Salvaterra, de donde era su padre y donde se asentó la familia porque tuvo peluquería en Caldelas con su amiga Loli delante de la estación. No hubo posibilidad de estudiar arquitectura, que era lo que hubiese querido, pero realmente ha conseguido fusionar ambas disciplinas, tanto como constructor de imagen y expresión como un espacio que es un auténtico templo del bienestar. Desde un espacio de consultas de trilogía en el que se estudia individualizadamente cada problema capilar, a un laboratorio de mezclas, una burbuja de relax en la que tomarse un té y leer en medio de cualquier sesión a un baño de olas. Este tratamiento, que goza de una gran popularidad, incluye reflexología podal con pediluvio incluido, masaje de manos y antebrazos y tratamientos de cutis.

Se premia su inmersión en la constante evolución de los tratamientos y de los gustos de los consumidores. La clave en la calidad del servicio que parece inalterable con el tiempo según su discurso, es el trato personalizado. «La parte más importante no es lo que hacemos con las manos sino con la escucha activa. Es fundamental entender lo que cada persona busca para ayudarla a encontrarlo», considera. Sí ha cambiado el perfil de clientes. «Ahora vienen más mujeres que hombres, pero porque las barberías para ellos han creado tendencia».