Salvan la vida a un hombre que se desangraba tras golpear una puerta acristalada a puñetazos

La Voz VIGO / LA VOZ

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POLICÍA NACIONAL DE VIGO

Cuatro agentes de la Policía Nacional trasladaron al malherido a un ambulatorio al estar ocupadas todas las ambulancias

28 oct 2024 . Actualizado a las 16:19 h.

«Se encuentra un varón sangrando abundantemente en la calle Vázquez Varela número 13». El mensaje se transmitió por radio a las patrullas que recorrían la ciudad. La primera pareja de agentes en llegar se topó a un hombre de unos 30 años tumbado en la acera, en estado semiinconsciente, con lo que parecía un torniquete en un brazo y una sudadera atada para comprimir la herida. Lo primero que hicieron los agentes fue alertar a los servicios sanitarios por la gran cantidad de sangre que el herido seguía perdiendo en el brazo derecho, con cortes profundos a la altura del bíceps. Los agentes constataron que junto al herido, en una puerta, estaba fracturado uno de los cristales y numerosos trozos de este cristal esparcidos en la acera.

Los agentes trasladaron igualmente a la central de sala de la Comisaría de Vigo-Redondela que el hombre seguía perdiendo gran cantidad de sangre, y la necesidad de ser asistido porque su vida corría peligro. La mala suerte —recoge el atestado policial— hizo que en ese momento «se encuentran todas las ambulancias preparadas y que [añade el atestado] cuando quedase una libre, acudiría al lugar [explicaron desde la comisaria a los agentes desplazados al lugar]». Los funcionarios presentes, en ese momento eran cuatro tras incorporarse la segunda patrulla, optaron por actuar por su cuenta para salvar la vida del herido. Esperar una ambulancia, dada la situación, era un riesgo demasiado alto.

Lo subieron a uno de los coches oficiales de la Policía Nacional. Lo sentaron en el asiento trasero, manteniendo el brazo herido en alto en todo momento, para llevarlo al ambulatorio más cercano. Ya en el edificio, el herido dejó a su paso un rastro de sangre hasta llegar a la sala. Los agentes ayudaron a los sanitarios para hacerle un vendaje compresivo. Luego, ya en ambulancia, fue derivado al Hospital Álvaro Cunqueiro para ser atendido nuevamente.

Al poco tiempo se personó la pareja del herido, boliviana, igual que le herido. Explicó que ambos estaban en un fiesta, ella quería irse, pidió un taxi, pero el insistía en seguir de fiesta. Ante la negativa de la pareja, el hombre reaccionó golpeando con el puño derecho la puerta acristalada del edificio. Aquel acto violento causó las heridas que casi acaban con su vida.