Confían en que los bivalvos se estabilicen y críen dentro de cestos en la ensenada
09 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En su firme apuesta por recuperar la ostra autóctona de Arcade, el pósito local pone en marcha, con el Centro de Investigacións Mariñas (CIMA), el proyecto Ostreares. El objetivo es restaurar los bancos naturales del molusco por antonomasia de la costa arcadense. El proyecto liderado por la CIMA, que invertirá más de 190.000 euros, cuenta con la participación de la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra y fue presentado ayer por la directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Marta Villaverde.
Ostraeres posibilita la continuación de los proyectos que la cofradía desarrolló en los últimos años y que respaldan su viabilidad. Con el fin de restaurar la población natural de la ostra plana en la zona, en el marco de un proyecto cofinanciado por la Consellería do Mar y la FEMP, comenzaron a realizarse actividades de estabulación de reproductores en cestos en el año 2019, explica Eduardo Pérez Corbacho, de la asistencia técnica de la cofradía. En aquel momento el objetivo era simplemente comprobar si estos ejemplares adultos sobrevivían en los cestos, por lo que se hizo una estabulación artesanal. «A pesar de sucesivos problemas como el confinamiento, que impidieron hacer los desdobles o las riadas de comienzos del 2021 que provocaron una elevada mortalidad, aproximadamente el 25 % de esos adultos sobrevivieron hasta el 2023», indica Eduardo Pérez.
Los resultados fueron alentadores. Entre la primavera y el otoño del 2023 se desarrolló el plan Preostreares, con el respaldo de Redemar (la red formada entre sector y científicos para afrontar problemas del día a día de la actividad pesquera y marisquera). Entonces ya se hizo una instalación más profesional. «Se colocaron estructuras de soporte de los cestos de estabulación, se colocó un sensor para medir la temperatura y la salinidad y se realizó un seguimiento patológico de los reproductores», explica. Las conclusiones fueron nuevamente prometedoras. «De los cerca de 1.500 reproductores cedidos de nuevo por el Igafa (Instituto Galego de Formación en Acuicultura) quedaban vivos al remate del proceso, en octubre del año pasado, más del 80 %», apunta el profesional.
Ahora arranca el proyecto más ambicioso, que se desarrollará por etapas hasta el 2026. Primero se emplearán 2.000 ejemplares que se estabularán en las estructuras, pero habrá nuevos aportes más adelante. Se realizará un seguimiento, se registrarán los principales parámetros ambientales y se abordará un programa de vigilancia epidemiológica. Para evitar depender de la captura en los bancos naturales, se tratará de obtener semilla por captación natural y puesta inducida. Con todo ello esperan obtener datos sobre el comportamiento de los reproductores y de la semilla, así como recuperar la captura sostenible de este molusco autóctono.