Nidos a 6,5 metros de altura para que las águilas pescadoras críen en el Miño
VIGO
Anabam coloca plataformas de anidamiento con un plan pionero en Galicia
15 nov 2024 . Actualizado a las 04:48 h.La asociación naturalista Anabam, abanderada de los principales proyectos de conservacionismo, protección y divulgación del patrimonio natural de O Baixo Miño en las últimas cuatro décadas, se ha propuesto ahora facilitar el anidamiento del águila pescadora en la parte baja del estuario del Miño. «De conseguilo, sería o primeiro lugar de Galicia onde nidificase esta ave», indica el presidente de la entidad, Agustín Ferreira. También de los pocos de España porque la especie, cuyo nombre científico es Pandion haliaetus, estuvo extinta como reproductora en toda la península durante 30 años, hasta que en el 2009 Andalucía y otras entidades de Cantabria y Asturias pusieron en marcha programas de conservación similares. El suyo arrancó en el 2021 y «é o máis ambicioso dos últimos anos», confiesa. «Ver un aguia peixeira antes era algo puntual, pero a principios de século comezou a frecuentar a zona e agora veñen pasar o inverno. Probablemente, porque aquí o ambiente é máis cálido que no norte de Europa e entón veñen no outono e quedan ata a primavera», explica.
Tras varios años de trabajo y con el apoyo de los comuneros de Salcidos, propietarios de los terrenos, el Concello de A Guarda, la Weeden Foundation y los preceptivos permisos de las administraciones con competencias en este espacio Red Natura han conseguido levantar dos monumentales nidos artificiales de autoría propia y con materiales reciclados a más de 6,5 metros de altura en la marisma de Salcidos, donde en 1987 consiguieron instalar los dos observatorios ornitológicos.
«Para completar o soño falta a parte esencial: que unha parella de aguias peixeiras decida ocupar un dos dous chalés», comentaba Ferreira tras un fin de semana de trabajo en equipo porque para colocar las estructuras se precisaron de cuarenta manos y maquinaria. Sin embargo, la instalación fue de por sí un hito que ha suscitado el inmediato interés, tanto de aves como de humanos. «Hai que esperar o propio de curso da natureza e serán as aves as que decidan ou non aniñar, pero nós facilitámoselle o lugar», decía el martes. La expectación suscitada en las primeras 48 horas invita, cuando menos, al optimismo. «Son un atractivo para as águias, que están a empregar o pousadeiro situado enriba do cesto prácticamente dende a súa colocación, pero tamén para moitas persoas que se están achegando a observar estas impresionantes aves, revalorizando o interese desta zona esperando que serva para crear novas conciencias de cara á preservación deste espazo natural», apunta Agustín Ferreira. Saben que el espacio les gusta, que hay unos cuatro ejemplares todo el otoño e invierno y que hay tanto hembras como machos, pero también que «a natureza segue o seu curso». Compraron los postes de telefonía, de 8,5 metros, comprobaron hace ya un mes que se podían asentar en la marisma y Manuel Ángel Pombal diseñó la cuna en acero inoxidable de 1,5 metros de diámetro que cubrieron con una red de cuerdas recuperadas del mar y colocadas estratégicamente. La ilusión es palpable y la espera, de por sí un regalo para contemplar estas aves. Además, si crían las águilas u otra especie pondrán cámaras para poder seguir en directo todo el proceso.