La yudoca viguesa, que comenzó a los cuatros como una actividad extraescolar, revalida el título de Campeona de Europa sub-23 en su despedida de la categoría
19 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Laura Vázquez pone punto y final a su etapa sub-23 a los grande, revalidando el título de campeona de Europa para cerrar el círculo formativo con tres oros (dos en sub-23 y un tercero en júnior en 2022). «Estoy muy contenta de renovar título», comenta la yudoca viguesa, que comenzó a practicar su deporte como una actividad extraescolar, que lleva desde los cuatro años con los mismos entrenadores (Miguel Romero y Laura Bajo) y que en categoría sénior apunta alto. Su próximo reto es conseguir su segundo nacional absoluto, un paso camino de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. El centro de todas su miradas.
Laura llegaba a Polonia con el objetivo del podio y, aunque defendía título, no notó ninguna presión: «En otros campeonatos me ponía un poco más de presión, pero en este iba con las ideas muy claras, haciendo lo que tocaba en cada momento. Estos últimos meses, trabajamos muy bien y sabía que podía conseguir el oro». Todo funcionó a la perfección. En el primer combate superó a la georgiana Mtchedlishvili y, a continuación, fue superando a rivales de primer nivel como la italiana Carlota Avanzato, la rumana Ivanescu y, en la final, a la belga Alessia Corrao, a la que superó por un ippon.
«El primero era un poco más asequible, pero los otros tres fueron con personas con las que ya había peleado y nos tenemos estudiadas unas a las otras», comenta la viguesa, que considera que «la competición se dio bien en general. Al principio tenía un poco de nervios, porque quieres hacerlo bien, pero poco a poco comencé a quitarme los nervios y competí bien desde primera hora de la mañana. Me sentí a gusto y con confianza en mí misma y creo que esa fue una de las claves para traerme el oro a casa».
Laura Vázquez lleva toda la vida en el yudo. Comenzó a los cuatro años «como una actividad extraescolar. Mi madre me apuntó de pequeña». Enseguida conoció a Miguel Romero y Laura Bajo, con quienes lleva toda la vida. «Ellos me han formado y me propusieron competir y probar y desde el primer momento me sentí enganchada por la competición» y desde el principio demostró tener un gen competitivo muy desarrollado. «Siempre he sido muy competitiva», dice.
A los 14 años pidió en ingreso en el CGDT de Pontevedra y a los 22 sigue allí combinando el deporte con los estudios de Psicología. «Ya debería haber terminado, pero el deporte ahora mismo es mi prioridad, y adapto los estudios al deporte», explica. Entrena en doble sesión de lunes a viernes y mantiene la matrícula en la Universidad de Santiago, donde recibe todo tipo de ayudas para que puede compaginar.
Ahora el siguiente paso es la categoría absoluta, que para nada es desconocida para la viguesa. De hecho, ya tiene un estatal del año 2021 y se ha clasificado para el Europeo sénior al que acudió en el segundo trimestre de 2025. La viguesa confiesa que «los cambios de categoría, de infantil a cadete, de cadete a júnior, de júnior a absoluto, siempre tuve épocas en la que no subí al podio, pero fui constante en la lucha por las medallas».
En ese sentido, no esconde que el salto definitivo le está costando. «En categoría absoluta he competido estos dos últimos años, pero creo que al final es asentarme y que acabarán llegando las medallas», apunta. Además, se va a encontrar con rivales de primer orden. «El nivel es muy alto, estamos hablando de una categoría profesional porque la gente se dedica profesionalmente al yudo, la gente cada vez está más especializada y las diferencias son mínimas entre las rivales».
El Campeonato de España que debe afrontar en dos semanas para cerrar el 2024 se presenta ahora como un excelente test para medir su rival: «Creo que estoy en buena forma y si consigo mantener las claves de las últimas competiciones creo que podría luchar por el oro», comenta mientras recuerda que se hizo con el título en el 2021 y desde entonces se hizo con un no volvió a ganar, aunque tuvo varios bronces. Y un quinto puesto el curso pasado. «Es una meta personal volver a cosenguir el oro».
En el horizonte ya piensa en los próximos juegos. «En París no estaba preparada, no era el momento, pero creo que ahora estoy en una muy buena forma física y mental y con una edad para pensar en estar en los Juegos olímpicos del 2028 en Los Ángeles, pero ese sueño es el que buscamos todas». De momento, la flamante campeona de Europa de yudo lleva ventaja para plantarse al otro lado del Atlántico con el pasaporte olímpico en la mano. La suyas siempre ha sido una carrera de éxito.