Warner amenaza al Harry Potter vigués

b.r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La firma insta a un local temático a eliminar cualquier referencia al mago

24 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca pensaron en Puro Delirio que el delirio imaginativo en que se basa su proyecto iba a llegar tan lejos. Los responsables del restaurante temático vigués que combina dos sectores a la vez (hostelería y arte dramático, ya que están especializados en cenas temáticas con espectáculo), se han visto abocados a tener que retirar cualquier alusión decorativa al universo Harry Potter.

Como cuenta Carlos Puga, uno de los responsables del local ubicado en el Casco Vello (Teófilo Llorente, 43), «nosotros transformamos nuestro espacio en mundos inspirados muchas veces en cosas conocidas para llevar a cabo nuestros eventos, que son juegos, animación, scape room etcétera, y cada vez con una narrativa distinta. La que íbamos a hacer ahora estaba dedicada a Harry Potter y Hogwarts con una decoración inspirada en esa ficción, no era una recreación porque entre otras cosas, no tenemos dinero para tanto».

El hostelero y director de escena formado en la Escuela Superior de Arte Dramática de Galicia (ESAD) cuenta que hace tres días recibieron un buró fax de un despacho de abogados en nombre de Warner Bros Entertainment, «instándonos a retirar toda referencia en el local y en redes sociales, y todos los elementos decorativos». Entienden que la marca propietaria puedan exigirles el uso de logotipos oficiales, «pero hay que tener mucha creatividad para creerse que nuestro humilde local se parecía a cierto famoso castillo. Nosotros usamos telas, papel, cartón e imaginación y con eso conseguimos efectos muy chulos, pero es imposible que alguien piense que está dentro de un show de Warner Bros cuando acude a Puro Delirio a cenas en las que, por cierto, ni siquiera cobramos entrada aparte, cobramos la cena», aduce.

Aún así, para evitarse problemas, han retirado cualquier alusión al espectáculo que iban a hacer y lo han transformado irónicamente en otro sobre la censura. Puga indica que en la misiva les advierten que deberán sentarse a negociar una indemnización a la multinacional «desde el primer día en que pusimos el primer nombre de Hogwarts en redes. Tienen un listado de medios digitales donde nos han mencionado y dicen que tampoco podemos usar palabras que tienen registradas como Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, ni parecido ni nada que se le recuerde, una locura surrealista», opina.

«En la decoración había cuatro banderitas de merchandising oficial que pagamos religiosamente y va a las arcas de la compañía, y eso es todo», lamenta. Ni engañamos a la gente ni nos forramos, bastante nos cuesta mantener este proyecto», cuenta sobre un negocio en el que trabajan alumnos de la ESAD que hacen prácticas en Puro Delirio entre plato y plato, actuando como camareros imbuidos también en el personaje que toque interpretar: de un hospital psiquiátrico a Cazafantamas o Piratas del Caribe. «Nunca ha sido nuestra intención hacer creer que éramos más que lo que somos, ni insinuar que contábamos con algún tipo de colaboración con Warner Bros. ¡Ya quisiéramos!». Así que en esta entrega, el villano no era lord Voldemort.