Lucía Gutiérrez, clave en el segundo triunfo del curso, compatibiliza el Celta de Liga Femenina con su trabajo a media jornada en seguridad tecnológica
30 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Lucía Gutiérrez Lancho (Madrid, 1999) fue pieza clave en el segundo triunfo de la temporada del Celta de Liga Femenina de baloncesto. Su juego dinámico y su intensidad defensiva alcanzaron su máxima expresión en el último cuarto ante el Araski. La base, recién llegada a Vigo el pasado verano, es una caja de sorpresas, y a su pasión por el baloncesto le añade su trabajo en ciberseguridad, que realiza a media jornada. El tiempo que le deja libre el baloncesto en su primer año lejos de casa.
«Trabajo a media jornada, pero los días que tengo entrenamiento por la mañana y por la tarde, lo concentro todo y apenas tengo tiempo para comer», comenta la base celeste, que ya ejercía como experta en ciberseguridad en Madrid. «Allí trabajaba a jornada completa y cuando vine aquí, la empresa me facilitó las cosas y reduje a media jornada».
¿Y cuál es su cometido? «Trabajo en ciberseguridad de infraestructura cloud, en arquitecturas y demás desplegadas en entornos cloud. Me encargo de validar esas infraestructuras como de pasarles requisitos de seguridad a los equipos que se deben implementar, gestión de herramientas de seguridad con estos entornos».
Su profesión, por suerte para Lucía Gutiérrez, no está reñida con el baloncesto y cuando se le presentó la posibilidad de fichar por el Celta, no se lo pensó: «Me surgió la oportunidad de jugar en Primera y estoy encantada». Por eso decidió dar el salto después de cinco años en el Alcobendas y toda la etapa de formación en el histórico Estudiantes.
Fue la primera vez que hizo las maletas. «Nunca había salido de Madrid y pensaba que iba a ser un poco más complicado, pero me he adaptado bastante bien, sobre todo gracias a todos los entrenadores, directivos y demás del Celta que son como una familia. Aquí se está súper a gusto», destacando por encima de todo el ambiente de Navia: «El primer partido en casa me impactó un montón, sobre todo la parte en la que comienzan a cantar el himno. Es un puntazo y se nota un montón».
En lo deportivo, no esconde que le «cuesta», pero va «mejorando y partido a partido» y espera «seguir en esta línea», apuntando que nota el salto de categoría especialmente en «la diferencia física y también el tema de lecturas del juego, que hay bastantes más, la gente es mejor técnicamente y hay que subir el nivel defensivo».
En la última contienda ofreció su mejor versión en el momento clave del partido. «Cris (Cantero) confió en mí para seguir en el campo, para seguir defendiendo porque al final fue lo que nos impulsó también en ataque robando varios balones y haciendo contraataques», recuerda del partido. Porque Lucía, por encima de todo aporta «defensa y velocidad en el juego, más dinamismo para cambiar de estilo de juego durante el partido. Lo mío es un poco más a la locura, a defender y a correr. Creo que es bueno tener dos jugadoras diferentes», comenta con respecto a la croata Matea Tadic. Gutiérrez, que se define como trabajadora, comprometida y con espíritu de sacrificio, también apunta sobre su entrenadora: «A veces me pide un poco más de calma, porque voy un poco acelerada, y no perder balones tontos».
En lo colectivo, el partido ante el conjunto vasco demostró que los triunfos del Celta pasan por defender al máximo. «Nuestro ataque depende mucho de una buena defensa. Cuando hemos ganado hemos dejado a los rivales por debajo de los 65 puntos», recuerda la madrileña, que no descarta sorprender al líder Girona en la tarde del domingo (18 horas). «Igual le damos una sorpresa. Con el Ensino, que solo llevaba una victoria, jugaron la prórroga. Lo pasaron mal y a ver si nosotras también se lo hacemos pasar igual de mal».
Para conseguirlo, tiene claro que el equipo necesita consistencia a lo largo de los 40 minutos, no sus desconexiones habituales: «La cosa es no relajarnos. Nosotros somos un equipo que no se tiene que relajar en ningún momento, no solo por la situación, sino por el carácter que debemos tener como equipo. Debemos ir a por todas en todos los minutos». En el mítico Fontajau, para empezar.