Carmela Cardama: «Me habían dado por acabada, pero quiero hacer cosas en la pista y en la ruta»

Carmela Cardama Baez, la atleta que brilló de joven en Galicia y asombró después en su etapa universitaria en Estados Unidos, está de vuelta. Llegó a Vigo con su pareja en el mes de agosto y en su ciudad permanecerá, al menos, hasta principios del próximo verano. Quiere recuperarse de una tendinitis recurrente, tener un respiro a nivel mental y decidir un futuro del que ya tiene metas claras: compatibilizar su faceta de psicóloga con el atletismo, volver a la pista para atacar sus marcas de 5.000 y 10.000 metros y visitar la media maratón y el maratón en la ruta. Como aperitivo, el pasado fin de semana corrió su primer trail y ganó. Una forma de reengancharse. «Me hacía falta desconectar, cambiar de aires y estar por casa. Estamos mi pareja y yo y, en principio, vamos a estar hasta junio y aprovechar ese tiempo para decidir cómo me planteo mi vida profesional y deportiva», comenta la atleta.

Cardama llegó a Galicia muy tocada, en lo físico y en lo anímico. «Llevaba tres años lesionada continuamente, con un montón de tendinitis. Cada seis meses, me pasaba algo. Entrenaba muchísimo y me lesionaba. Yo era alguien que disfrutaba mucho con los entrenos y las carreras y todo se convirtió en algo muy angustioso. Hay gente a la que le emociona, pero a mí no me estaba yendo bien. He hecho entrenos con fiebre, doblando los fines de semana, por eso decidí tomármelo con más calma».

Por unos días, la viguesa todavía tiene la condición de atleta profesional, hasta que finalice su contrato con su marca actual, pero desde la pasada primavera, está al margen del que era hasta entonces su grupo de entrenamiento. «Me lesioné en marzo, preparando el ciclo olímpico. Estaba en un equipo en el que no me sentía contenta, sino bastante quemada, lesionada continuamente y, a nivel físico, no estaba disfrutando».

Por eso decidió romper con todo y cambió su grupo profesional de entrenamiento por otro aficionado con el que descubrió el mundo del trail. «Me tenía que quedar en Boulder un par de meses más y me uní a un grupo más popular por tener gente con la que quedar para hacer series y no estar completamente sola. Empecé a salir con ellos el fin de semana cuando hacían tiradas por monte y comenzó a gustar bastante».

Esta visita al monte le llevo a hacer una tirada de 30 kilómetros en Telluride, «donde hay una montaña bastante famosa que está a 13.000 pies, no te llega el aire». Le encantó, y se apuntó más tarde al Campus Asaltamontes, en Madeira, con Aroa Sío y Arancha Pérez. «Me gustó mucho el trail y el ambiente, lo pasé muy bien y me quedé con las ganas de ir a una carrera y de probar». Lo hizo el pasado fin de semana y se hizo con el triunfo en el Trail do Eifonso. «Me cuadró bien y decidí apuntarme. Me cuesta, sobre todo, lo de bajar, porque tengo muchísimo miedo», comenta sobre la nueva disciplina en la que se está adentrando.

Sin embargo, el atletismo por montaña no es parada y fonda para una atleta que presenta una marca de 32:16.13 en los 10.000 metros y de 15:25.41 en el 5.000 y que piensa en volver a la pista y la ruta. Por el momento, está en fase de recuperación. «Vengo de muchas lesiones y este otoño me lo estoy tomando con mucha calma en el sentido de meter pocos kilómetros, centrándome mucho en hacer cosas que me gustan, fortalecer mucho y construir una base» para, en un futuro, saldar cuentan pendientes con el crono: «Le tengo muchas ganas a las marcas que tengo de 5.000 y 10.000, que llevo con ellas desde el 2019 y el 2021. Les tengo muchas ganas porque creo que hay una versión de mí que puede llegar de una pieza sin estar rota y mejorar esas marcas».

Pensando en la maratón

Lo siguiente sería pisar el terreno para el que parecía predestinada cuando coleccionaba títulos y récords con la camiseta del Comesaña. «La media maratón y la maratón me tiran muchísimo porque siempre he pensando que esas iban a ser mis pruebas. Al margen de eso, es una aventura, el maratón es algo que creo que hay que hacer y quiero hacer. El hecho de pasar tantos meses preparando algo tan específico llama mucho. Es algo que me gustaría en algún momento intentar».

Una apuesta que descarta los peores augurios. «Me han dado por retirada y por acabada», comenta dejando claro que volverá a calzarse las zapatillas de clavos: «Aunque a nivel económico no tengo ahora una marca que me apoye, tampoco me ha ido bien cuando la he tenido y me he dedicado únicamente a esto. Quiero seguir con la ruta, quiero estar sana y hacer cosas de ruta y cosas de pista, porque me queda mucho por mejorar y me parece que el trail es una forma muy divertida de añadir entrenos y competiciones y no lo descarto», analiza.

Lo que deja claro Carmela Cardama es que quiere compatibilizar trabajo y atletismo. «Me gustaría una situación en la que estaba en la Universidad, en la que entreno, pero se me permite desarrollarme a nivel profesional, con flexibilidad, porque creo que tener algo más me aporta mucho. Hace que disfrute los entrenamientos y tengo algo que pensar en los rodajes. Centrarme solo en el atletismo me estaba produciendo una obsesión y angustia en vez de un disfrute. A mí no me estaba funcionando», sentencia.

Por eso en estos momentos, además de entrenar, está «en el proceso de conseguir trabajo». «Busco un trabajo que me pueda permitir entrenar a la vez que ganarme la vida». También tiene que hacer un máster para convalidar sus estudios de Psicología en Estados Unidos. De paso, decidir entre volver a América, quedarse en Vigo o buscar otro lugar en el mundo.

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