El último gran alijo de cocaína de Vigo irá a juicio con solo 5 procesados de los 16 detenidos inicialmente

VIGO CIUDAD

Pablo García está procesado por gestionar los 3.300 kilos incautados entre la ciudad y viajes a África para fletar un barco y la tripulación finalmente abordada cerca de las Islas Canarias; el considerado su lugarteniente, queda absuelto
18 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La operación Sugar Brown será recordada por los 3.300 kilos de cocaína incautados y los avatares de la trama detenida para consumar la descarga en Galicia tras seguir la ruta Africana para arribar a la Península. Será recordada igualmente por la acusación planteada al vigués Pablo García, que desde su ciudad y haciendo viajes a África habría liderado los preparativos para que el Simione, un destartalado barco pesquero de Angola, saliese al encuentro del buque nodriza que llevó el porte desde Sudamérica al punto de encuentro en el Atlántico, próximo a las Islas Canarias. La investigación implicó dar con el barco pesquero para abordarlo en el alta mar con los fardos repartidos por la cubierta, y la detención de 16 personas en total.

Los atestados policiales atribuyen roles diferenciados que van desde la cúspide, con la gestión del alijo en alta mar, hasta una rama especializada en salir a recoger el porte en lanchas, o una red propia de distribución del perico en tierra. Ocurrió en diciembre del 2022 y ahora, el Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo ha completado la instrucción con el auto de procesamiento. De aquellos 16 detenidos, solo cinco irán a juicio. Los otros 11 arrestados inicialmente son absueltos de los cargos planteados hace ahora dos años.
Pablo García figura en lo más alto de la pirámide. Se le acusa de un delito de coordinación y dirección de organización criminal y delito de tráfico de drogas. A mayores, otro procesado por encargarse de la distribución en tierra de la mercancía que entraba por la costa. También el armador del barco y los dos tripulantes que le acompañaban. La mermada tripulación del Simione en el momento del abordaje es la consecuencia de una rebelión a bordo ocurrida pocos días antes de ser interceptados en un operativo de la Guardia Civil, la agencia antidroga DEA, de los Estados Unidos, y la NCA, del Reino Unido.
El Simione, con bandera de Angola, zarpó del puerto de Dakar a mediados de diciembre del 2022 con una tripulación integrada por ciudadanos del país africano, un patrón de Angola y dos gallegos: José Javier Fernández, de Boiro, y José Antonio Cora, de Vilagarcía. Una empresa presuntamente gestada por el vigués Pablo García, que viajó al país africano para fletar el pesquero y dotarlo de personal. El Simione se adentró en el Atlántico para encontrarse con otra embarcación que le entregó un alijo, valorado en 110 millones de euros. Pero el trasvase de la droga no entraba en los planes de los marineros senegaleses. Pensaban que su cometido era solo pescar.
La situación no les gustó y la tensión fue en aumento hasta provocar un motín. Los senegaleses no dudaron en armarse con los cuchillos que encontraron a bordo para obligar a la persona que realmente ejercía de patrón del Simione, que no era el ciudadano angoleño, sino José Antonio Cora. A este arousano no le quedó más remedio que regresar a puerto para dejar a los senegaleses antes de poner nuevamente rumbo a España con una tripulación formada únicamente por tres personas y 115 fardos de coca apilados en la cubierta. Nadie a bordo contaba con que, al superar las islas Canarias, fueran abordados por una patrullera de la Guardia Civil.
Segundo peldaño
José Rodríguez era la persona de confianza de Pablo García. La investigación le acusaba de integrar, él solo, el siguiente peldaño de la organización; encargado de gestar la descarga de la droga con, presuntamente, vecinos de O Salnés y Barbanza. También se encargaría de la distribución de la mercancía una vez descargada en tierra. Lo investigación le atribuye un rol de cortafuegos entre García y el resto de implicados para evitar que lo relacionasen con ellos.
Pero el auto de procesamiento lo excluye del elenco de procesados al considerar que no hay prueba incriminatoria suficiente para ir a juicio con garantías de obtener una sentencia condenatoria. Más allá de los hechos protagonistas que se le atribuían en los preparativos del Simione, Rodríguez, vecino de Vigo, es un objetivo histórico para las unidades policiales antidroga en Galicia por su capacidad para mover tanto alijos de cocaína como de heroína. Rodríguez estaba pendiente de entrar en la cárcel, cuando fue detenido en diciembre del 2022, debido a una condena por un porte de heroína. Incluso llegó a ingresar en prisión provisional tras su detención por el alijo del Simione.
Tercer peldaño
Eran los elegidos, supuestamente, por José Rodríguez para salir a recoger las tres toneladas. La investigación sostiene que utilizarían lanchas rápidas y tenían la infraestructura para distribuir la mercancía por España. Los encargados de este cometido serían los otros once detenidos, de los que solo uno ingresó entonces en prisión: Argentino Rial, vecino de Vilagarcía, y uno de lo cinco procesados recientemente. La Guardia Civil, durante los registros, encontró en una nave suya un kilo de cocaína y uno y medio de heroína.
A mayores, entre el resto de investigados, destaca un hombre al que se atribuía la función de lanchero. Ya fue condenado por 2.860 kilos requisado en 1997, y fue absuelto por otro alijo de 2.500 kilos apresado en el 2016 frente a Marruecos. El otro investigado al que también se atribuye el rol de lanchero es de Boiro, y desde hace años está en el radar de las unidades policiales en Galicia. Ambos también fueron absueltos.