A estas casas de Cangas se entra por el patín

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Cangas es el municipio de la provincia que mejor ha sabido conservar esta singular arquitectura tradicional

25 ene 2025 . Actualizado a las 21:32 h.

El patín, en la arquitectura tradicional, es una escalera, de piedra, adosada a un muro que sirve para acceder a un primer piso desde el exterior de una vivienda debido a que los bajos son empleados como bodegas independientes de la parte superior. Las casas con patín tiene una gran presencia en Galicia, tanto en la costa como en el interior. Sus formas más primitivas consistían en superponer piedras para alcanzar la primera planta de una vivienda. Inicialmente, y en las formas más sencillas, carecían de barandilla y se situaban en la fachada principal de la casa. En ocasiones, estos elementos desembocan en la misma puerta del piso superior, pero también se dan con frecuencia una continuidad de los patín en un pasillo elevado, el corredor o la solaina, que normalmente estaba cubierto por un alero. Son espacios de convivencia, que también se empleaban para el secado de ropa o la maduración de determinados frutos.

En la ría de Vigo, la localidad que mejor ha sabido conservar este tipo de arquitectura tradicional ha sido Cangas. En su casco antiguo son varias las viviendas que todavía conservan este elemento tan peculiar y que, al mismo tiempo, embellece notablemente todo el conjunto.

Casa Barbicas

Una de ellas es la conocida como Casa Barbicas, situada junto a las escaleras de acceso a la antigua colegiata. Dice la web de Turismo de Galicia que, en el siglo XVI, fue la primitiva capilla del hospital de la villa, que resultó afectada por el ataque turco de 1617. Continúa señalando la web de la Xunta que dos siglos después fue la cárcel local y, ya a comienzos del siglo XX, fue conocida como Escola de Barbicas, llamada así por su maestro Manuel Mosquera. En esa misma plaza, se encuentra otro patín aunque con sus peldaños cambiados.

En la rúa Cega, del mismo municipio, se encuentra otro ejemplo de casa de patín, hoy dedicada al turismo bajo el nombre de A Casa do Patín. En esta misma calle hay otras dos viviendas con patines. La escalera tiene una gran factura y está dividida en dos tramos. En la plaza Síngulis se muestra un rincón monumental presidido por un cruceiro barroco y dos casas de patín de distintas hechuras. La web del Concello de Cangas señala que en esta plaza se realizaban los castigos a los condenados por la Inquisición en los siglos XVI y XVII.

En la calle de Antonio Garelly volvemos a encontrar otro elemento similar, aunque en este caso presenta el edificio una estructura más aproximada a las casas típicas de marineros. Otra calle, del casco histórico cangués con bellos ejemplos es la rúa Lirio. Una de las casas tiene doble patín enfrentado, aunque uno de ellos desemboca en un pequeño pasillo cerrado en su parte superior. En la rúa de A Lúa y en O Eirado do Costal también se conserva esta tipología arquitectónica.

En el Casco Vello de Vigo no existe en la actualidad este tipo de arquitectura. Pero no siempre fue así. «Se haga saber a todos los dueños de las casas que refieren los testigos y a los más que en los suyos tengan patines, balcones o voladizos que ofendan y causen perjuicios al bien común y buen orden, que dentro del preciso y perentorio término de quince días, contados desde la notificación, quiten, arrasen y echen al suelo todos los patines, balcones y voladizos que refieren los testigos y los más como estas sean perjudiciales al público y opuestas al buen orden recomendado por las enunciadas órdenes superiores y reales cédulas», señalaba la resolución del Concello de Vigo, del 7 de octubre de 1799, que ordenaba el derribo de los patines en Vigo. Y no quedó uno.

En Bouzas sí se conserva una casa con patín, aunque fue notablemente modificada en una rehabilitación realizada por el Concello de Vigo hace unos años. Aquella rehabilitación provocó críticas de algunos expertos e, incluso, la Asociación Amigos de los Pazos denunció lo que consideró una adulteración del edificio. «Aunque cumpla con la normativa, queremos abrir el debate de hasta qué punto se pueden permitir rehabilitaciones que alteran tanto su aspecto original», señaló entonces uno de los miembros de la asociación.

Pazos y rectorales

Algunos pazos del entorno de Vigo también presentan patines como solución de acceso a las primeras plantas. Es el caso del de Cea, en Nigrán, o el de Pegullal, en Salceda de Caselas. En ambos casos, están complementados con balaustradas y columnas.

En el rural existen casas más sencillas con estas mismas soluciones. El Plan Xeral de Ordenamiento de Ponteareas recoge en su catálogo varias casas con patín con distintos estados de conservación. Se pueden ver en Guillade, Guláns, Padróns o en el casco urbano, aunque en este caso, situada en la calle Real, su estado es ruinoso.

En Valeixe, en A Cañiza, se sitúa una casa particular construida en las primeras décadas del siglo XIX en la que el patín está ya tan desgastado que sus peldaños, de piedra, presentan ondulaciones.

Varias rectorales también tienen patines en sus sistemas de acceso desde el exterior. Son los casos de Chenlo, en O Porriño; Areas, en Ponteareas; o Paraños, en Covelo.