
El acuerdo pone fin al conflicto ya que solo afecta a 5.000 metros de superficie arbolada
09 feb 2025 . Actualizado a las 23:41 h.Alguna vez comentamos el enorme impacto ambiental de los macrocentros comerciales, al que podríamos añadir las ciudades deportivas anexas. Poníamos entonces como ejemplos Porto Cabral, finalmente metido en un cajón y el proyecto del Celta en Mos que parece haber llegado a su epílogo, por lo que merece hacer historia.
A principios de 2018, la SAD Celta de Vigo anunciaba el proyecto de construcción de un centro comercial y ciudad deportiva sobre un terreno de un millón de metros en los montes de Tameiga y Pereiras, en Mos. En realidad, el anuncio era uno más en un largo proceso para el que durante años se barajaron distintas ubicaciones dentro de los límites del Concello de Vigo pero que tras una interminable guerra, al principio solapada y finalmente abierta entre el entonces presidente del club y el alcalde, terminaron con el exilio del proyecto allende los límites municipales.
El problema es que este proyecto significaba, en la práctica, la desaparición del monte comunal. Con el anuncio empezó la lucha vecinal una vez que la comunidad de montes de Tameiga decidió rechazarlo. De alguna manera, empezaba el partido entre una gran empresa (a veces olvidamos que el Celta lo es) y una modesta comunidad de montes, el vecindario y los ecologistas dando apoyo. Es difícil resumir lo sucedido en estos años pero, por marcar momentos claves, mencionaremos que en el 2022 el Celta modifica su proyecto empresarial original y se redefine como GS360, la «factoría del deporte gallego» que inmediatamente recibe el apoyo entusiasta del Concello de Mos y la Xunta, que lo declara PIA (Proxecto de Interese Autonómico) que, a efectos prácticos, permitiría expropiaciones unilaterales y un año después, con el cambio en la Diputación, gana un nuevo apoyo administrativo. Y saltamos al año pasado, en el que la nueva presidenta del Celta intenta cerrar las heridas abiertas y normaliza las relaciones con el Concello de Vigo, ganándose a la opinión pública y a la afición. Todo muy bien y un mundo feliz de color azul celeste salvo un conflicto que sigue abierto: el GS360 y la lucha con los vecinos de Tameiga, que siguen empeñados en defender sus montes, manantiales, captaciones vecinales de agua, su masa forestal y su biodiversidad.
Se han producido varios encuentros (con abogados por medio) entre las partes en los que el vecindario de Tameiga escuchó las sucesivas ofertas que van pasando de expropiaciones de 100.000 metros a rebajas del suelo a 63.000 y una nueva propuesta de 25.000, pero todas ellas llevan implícita la pérdida de biodiversidad, masa forestal y captaciones de agua por lo que fueron rechazadas. En la última propuesta, aceptada por vecinos y comuneros, el planteamiento del Celta ya solo afectaría a 15.000 metros, de los que solamente 5.000 serían arbolados y afectados por la carretera provincial.
De esta forma, se mantendría la práctica totalidad de la biodiversidad, la masa forestal y se eliminarían las afecciones a manantiales y captaciones vecinales de agua (que abastecen a 5.000 vecinos y vecinas). En esta propuesta final ninguna familia resultaría afectada y la afección a la masa forestal prácticamente cero y se trataría fundamentalmente de afección para ampliación de la carretera EP-2605 que perfectamente pueden ser expropiadas por la administración titular del vial para dar servicio a la zona y al proyecto del Celta.
Los partidos hay que jugarlos hasta el final y, a veces, el equipo modesto consigue un gol decisivo en el último minuto que empata el juego y, entre otras cosas, salva del descenso a la naturaleza que nos salva. Es de justicia reconocer la constancia del vecindario de Tameiga y su comunidad de montes.