








Vecinos de Martínez Garrido se quejan del «abandono» de la zona del centro social Rivera Atienza
08 may 2025 . Actualizado a las 13:03 h.«Si mis hijas fueran pequeñas no las dejaría salir a jugar por aquí. Me las llevo fuera», dice Conchi Martínez. Lleva 32 años viviendo en el portal número 23 de la avenida Martínez Garrido y «esto nunca estuvo tan abandonado», sentencia. Al salir de su edificio, hay una galería que conecta con un patio que comparten varias asociaciones como Down Vigo, Afaga, Érguete y una oficina de los servicios sociales municipales. «Está todo hecho un asco», continúa Conchi. El falso techo que corona la galería se cae a trozos y las palomas han anidado dentro de él. «Hay un montón», dice la vecina. En el suelo se acumulan sus excrementos en montones que muestran que «aquí no se limpia nada. A veces viene algún barrendero, pero no se les ve mucho».
La falta de cuidado y el progresivo envejecimiento de la zona ha provocado que en los últimos meses se desprendieran varios cascotes del techo de la galería. «Por suerte, no le dieron a nadie, pero cualquier día hay una desgracia. Esto se cae y no lo arreglan», insiste. En la galería hay alguna valla y cintas caídas que la Policía Local colocó por allí hace más de un mes para acotar el paso. Se fueron moviendo y cayendo con los temporales y no los han vuelto a colocar. «Llevamos años pidiendo al Concello que arregle esto, pero no hay respuesta», lamenta Conchi.
Por la galería, en la que cada día coinciden vecinos, profesionales y usuarios de las asociaciones, también hay algún colchón de gente que duerme en la calle y que, alguna vez, también hacen sus necesidades en el mismo lugar. «Ya hemos tenido varios problemas. A veces mean en nuestro portal o se cuelan en el edificio para dormir», explica Conchi, que insiste en que el Concello «debe ayudarlos y tratar de darles un espacio». Durante el paseo por el lugar, la vecina de Martínez Garrido se harta de señalar espacios que necesitan un arreglo urgente. En uno de los laterales, el que da a un parque infantil, había una escalera que conectaba las tres alturas de la construcción, pero, también, está precintada con una valla que impide su paso. Está oxidada, comida por el tiempo y algunos de sus escalones han desaparecido. «Lleva así más de dos años», sentencia Conchi.
«El alcalde presume de escoba de platino, pero solo limpian en el centro. Debe de ser que los que la dan no vienen por aquí», continúa la vecina, que vuelve a insistir en que es necesaria una actuación urgente. Conchi señala a lo alto de su edificio de siete plantas. «¿Ves la antena? Se está cayendo y con los temporales golpea el tejado», cuenta. Daba servicio a la Policía Autonómica que tenía un local en el bajo que ya no usa. «Nos dijeron que le dieron las llaves al Concello y que ahora es cosa de ellos», explica Conchi, que insiste en que «ahora la tendremos que quitar nosotros porque es un peligro. Si se cae puede matar a alguien. Eso sí, esperemos que después nos la paguen», concluye la vecina.