Mucho cuidado con volver a casa con el cubo del niño hasta arriba de almejas. La cena puede acabar saliéndose del presupuesto si alguien le pilla. Lo que para muchos es un fin de semana con marisco incluido, para la legislación oficial es una infracción grave. Solo hace falta echarle un ojo a la ley 8/2004, del 30 de julio sobre protección, infracciones y sanciones en cuestiones marítimas, para echarse a temblar.
Ser mariscador por un día sin un título, superar los topes de captura establecidos o no respetar los horarios establecidos puede acarrear una multa que varía desde los 150 a los 30.000 euros. El coste final se amplía si el infractor es reincidente, según las cantidades que lleve, el precio en el mercado que puede obtener el producto extraído y el daño que ha acarreado a los profesionales del sector. También se considera de gravedad el extraer especies por debajo del peso o talla establecido. Los yates de fin de semana tampoco se libran, si no hay una licencia de pesca recreativa, se incumplen los días y horarios o se comercia con las especies capturadas también están expuestos a una multa. Junto a la multa también se puede exponer al decomiso de la embarcación y lo capturado.
Peligro en Baiona
En el caso de los bañistas que se dedican a recoger bivalvos en la playa de Ladeira, según denunciaron las cofradías, y que está cerrada por cuestiones de contaminación, la cuestión es peor. Cualquiera de estos ilegales mariscadores se expone a una sanción que podría llegar hasta 150.000 euros. En caso de que la persona fuese un profesional del sector, se le podría retirar el carné y la embarcación. Para llegar a esta cifra, que parte de los 30.000 euros de mínimo, se estudia la trascendencia de los perjuicios causados, el beneficio obtenido con la infracción y el grado de intencionalidad de la persona implicada.