
El monumento del rey Alfonso IX preside la nueva rotonda del puerto pesquero
05 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Si Juan Oliveira levantara la cabeza se llevaría una grata sorpresa al ver cómo por fin su última obra puede apreciarse en toda su dimensión. El Ayuntamiento de Baiona ha cambiado de sitio la estatua ecuestre del monarca Alfonso IX, que llevaba 16 años frente a la playa Ribeira sobre un pedestal de dos metros de altura. La ha colocado en la rotonda construida frente al puerto pesquero. Los operarios trabajaron durante horas la pasada madrugada para mover la pieza de bronce de más de 2.000 kilos de peso.
El alcalde, Ángel Rodal, supervisó los trabajos junto con el edil de Vías y Obras, Daniel García y el de Urbanismo, José Ángel Bahamonde. El traslado fue un éxito y la obra artística preside ahora la entrada del casco urbano.
Nunca le gustó al gran escultor tudense el emplazamiento que habían elegido las autoridades locales de entonces. Frente al párking de A Palma creía que su obra pasaba totalmente desapercibida y, lo único que le consolaba, era saber era que se encontraba en un lugar poco accesible para los vándalos. «Los gamberros la romperán. Está dentro de la lógica, porque lamentablemente vivimos en un mundo en el que a la gente le entusiasma romper», se quejaba en diciembre de 2001, cuando dirigió el traslado de la pieza. Su profecía no se cumplió y la estatua ha resistido todos estos años.
La figura de Alfonso IX señalando con el dedo la tierra donde fundará Erizana es desde ayer la primera imagen que reciben vecinos y visitantes al llegar a Baiona. Se trata de una pieza muy singular. Juan Oliveira decía que era una de las pocas obras ecuestres en las que el jinete está apeado de su caballo.
La creación de este homenaje al rey que fundó Baiona fue una iniciativa del gobierno municipal que presidía Benigno Rodríguez Quintas.
Polémica
Su adquisición no estuvo exenta de polémica porque el Ayuntamiento no logró reunir a tiempo los 200.000 euros que el artista pedía por ella. Oliveira la retuvo hasta que no le pagaron. Así fue como la estatua no pudo inaugurarse para la fecha que había sido anunciada, el 7 de mayo de 2001, coincidiendo con el octavo centenario de la fundación de Baiona.
Ocho meses después, por fin pudo llegar a Baiona y fue el propio Oliveira quien dirigió la colocación. El Ayuntamiento informó entonces que debajo de la peana que hasta ayer le servía de soporte se habían guardado piedras de los pueblos que hasta entonces estaban hermanados con la villa.
El nuevo emplazamiento pone el broche de oro a la renovación del entorno del puerto pesquero que lleva a cabo la empresa Narom. El objetivo es reordenar el tráfico en los accesos a la lonja y la calle Elduayen. Al mismo tiempo, se creará una zona ajardinada con bancos y un mirador de unos 500 metros cuadrados. Los trabajos estarán acabados este mes de diciembre.