Un donante anónimo de 8.000 euros salva la protectora de Baiona

Monica Torres
mónica torres BAIONA / LA VOZ

BAIONA

Mónica

Los ahorros de todo un año del vecino permiten a Bai.Senpulgas pagar a los veterinarios

30 ago 2019 . Actualizado a las 14:21 h.

A la protectora Bai.Senpulgas le ha salido un salvador in extremis. Parece un guion de película, pero ocurrió de verdad el pasado miércoles por la tarde en O Val Miñor y los beneficiarios son los casi doscientos animales a los que esta oenegé rescató en lo que va de año para ofrecerles una vida digna.

Tras años de trabajo voluntario multiplicando el tiempo y las donaciones que nunca alcanzaban, un vecino de la comarca le ha dado la vuelta a los papeles convirtiéndose en algo así como el protector de la protectora.

Bai.Senpulgas colgó en su Facebook un agridulce e irónico mensaje anteayer: «Tenemos una noticia importante que deciros. Nos han tocado 50.000 euros». Así comenzaba el anuncio más gris de la protectora, con una intensa actividad dentro y fuera de las redes, en el que advertían que arrastraban una deuda de 8.000 euros y que solo seguirían recogiendo animales en Oia, el único concello con el que tienen un convenio de colaboración. Los 50.000 a los que se referían son los que les toca sufragar para afrontar los gastos médicos y de alimentación de 86 perros y 93 gatos rescatados en los ocho primeros meses del año. «Son los concellos quienes deben hacerse cargo de esta desastrosa situación», advertían.

Alguien con nombre y apellidos, cuya cara y valía conocen en la protectora pero que prefiere mantener el anonimato, salió al rescate dándoles 8.000 euros. «Es un vecino de la comarca y la directiva ya le ha dado las gracias. Siempre nos ha ayudado, pero nunca con una cantidad tan elevada. Han sido sus ahorros de todo un año», confirma la presidenta de la protectora, Tatiana Álvarez Vara.

Pocas horas después de colgar el anuncio de que su teléfono oficial va a quedar inhabilitado desde septiembre, recibió la insólita llamada del benefactor. «Estaba en la calle cuando recibí el aviso y me puse a llorar como una loca, la gente de miraba», recuerda. Al poco comenzaban a pagar facturas pendientes. «Los 8.000 euros eran la deuda que teníamos hasta el momento. Ya hemos realizado los primeros pagos a veterinarios que teníamos pendientes y sufragado la mayor parte de la deuda, ahora nos queda que nos manden las facturas de gasto veterinario de los últimos quince días», explica Tatiana Álvarez aún impresionada por el altruista gesto, al igual que decenas de personas que enviaron mensajes de reconocimiento. «¿De verdad pasan estas cosas?», «Es muy fuerte que alguien tenga ese dinero y decida dárnoslo sin nada a cambio» o «¿El amor de mi vida existe y es anónimo»? fueron algunos de los piropos hacia el bienhechor.