De campaña en Baiona | El conselleiro del covid trata de volver a ser alcalde

«Ha sido una decisión personal mía, no del partido. Consideré que Baiona me necesita porque no hay gestión y está todo paralizado. Es personal, me afecta». Esta es la versión con la que Jesús Vázquez Almuiña explica por qué tras ser conselleiro de Sanidade —el que vio como el covid ponía patas arriba todo— regresa a su casilla de salida para intentar volver a ser alcalde de Baiona. En el PP no ocultan, en cambio, que el partido pensó en él para intentar ganar poder en Pontevedra y apretar la lucha por la Diputación, como con Nava Castro en Ponteareas y Javier Bas en Redondela.

«Baiona necesita subirse al tren de Europa, necesita un pensamiento progresista y recuperarse del legado que él dejó», dice sobre su rival Carlos Gómez, alcalde y cabeza de lista del PSOE, que no duda en cuestionar hasta el modelo sanitario del exconselleiro y la desatención que dice sufrió con él la atención primaria.

Gómez y Almuiña coinciden en augurar un resultado muy apretado, y con una corporación que creen pasará de la atomización que ha caracterizado a Baiona a tan solo tres colores, los de ambos y los del BNG. «Ganaremos, pero solo nos vale la mayoría absoluta», indica el popular.

El alcalde elude fotografiarse con su principal rival, que sí se prestaba a hacer gráfico el pulso. «Veníamos de dieciséis años de un perfil muy conservador, sin proyecto de futuro y con este alcalde creo que Baiona tiene muy claro su objetivo que es, ser uno de los referentes turísticos de Galicia, que lo hemos recuperado, y para el futuro transformar el casco histórico, donde los conservadores no hicieron nada», asesta otro golpe el alcalde.

Los letreros de las inmobiliarias asustan. Un estudio de 30 metros cuadrados a 113.000 euros; un apartamento abierto en un único espacio, a 260.000, o un piso con unos cuantos años y dos habitaciones se anuncia a 278.000. «Estamos disparadísimos en precios. Baiona es casi la milla de oro de Galicia, y el gobierno autonómico en el que ha estado mi rival y tiene las competencias no ha hecho prácticamente nada», se explica el regidor que fía la consecución de viviendas a la rehabilitación.

Almuiña discrepa rotundamente. «Nosotros aprobamos el plan general en el 2014 y hay que desarrollarlo, pero eso da trabajo y en estos últimos cuatro años el urbanismo está bloqueado, con licencias que tardan años», tercia el candidato del PP que advierte que ni los trabajadores que llegan a la villa, ni los hijos de los residentes logran comprar vivienda.

Baiona triplica su población en verano, y eso deja rastro claro en su demanda inmobiliaria y también en las reservas de agua. La Xunta declaró el verano pasado la alerta máxima. Alcalde y aspirante entienden, sin embargo, que hay soluciones. El regidor las reclama de la Administración autonómica, Almuiña confía en que una nueva potabilizadora reducirá el caudal gastado, «pero hay que saber dónde hay que pedir ayuda para conseguirlo y en estos cuatro años no se ha ni mencionado».

Y pese al nivel claro de enfrentamiento entre las dos opciones mayoritarias, Almuiña pasa de puntillas por la imputación que sufre el alcalde. «Los jueces dirán, pero no es ético lo que hizo de quitarse multas por aparcar mal. Debería dar ejemplo». Gómez confía en la Justicia «Y cuando todo pase, lo contaré todo. Fue fruto de un chantaje y no me quité multas, porque las gestiona el ORAL provincial. Yo di el visto bueno a mis recursos, como a todos los demás, y aparqué en carga y descarga porque el espacio reservado estaba ocupado por furgonetas de reparto, y lo avisé. Pero ya lo explicaré todo, lo estoy deseando».

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