
Calvar comenzó en el Vila de Cangas antes de que existiese una entidad que alumbra 25 exitosos años de vida
06 feb 2017 . Actualizado a las 11:43 h.José Calvar lleva más años entrenando en el Vila de Cangas que primaveras tiene el propio club. Aunque suene imposible, tiene una explicación. El conjunto atlético de la localidad más poblada de O Morrazo nació como sección del club de remo, del que se independizó hace 25 años para dar abasto a toda la demanda. Un cuarto de siglo después ha ido evolucionando, ampliando sectores y atletas hasta convertirse en una de las entidades de referencia en Galicia.
Calvar ha sido el testigo de excepción de la historia del conjunto amarillo. «Chegou un momento no que tiñamos moita demanda e decidimos fundar o noso propio club. Empezamos con fondistas, onde destacamos, pero dende que montaron as pistas temos máis xente na pista, de velocidade, de saltos, de lanzamentos, marcha...».
Esta apuesta multidisciplinar dentro del mundo del atletismo resulta un profundo contrapunto con respecto a los orígenes del Vila de Cangas. Sin estadio de atletismo, combinaron el entrenamiento en Massó con la ruta en el más amplio sentido.
Pero si en aquella época fueron capaces de salir adelante e incluso brillar en el campo a través -«tivemos bos resultados e fomos a campionatos de España»- ahora viven una nueva época dorada al ser señalados durante varios años seguidos como el mejor club de formación para la Federación Galega de Atletismo.
Calvar, que considera su deporte la base de todos los demás, relata que cuentan con 200 niños enganchados al atletismo. Una treintena a través de la escuela que gestiona la Fundación Cangas Deporte y el resto directamente en la estructura del club.
El método es el secreto. Primero jugar, luego pasar por todos los sectores y en cadetes decidir cuál es la disciplina que mejor se adapta a las exigencias de cada atleta. «Comezamos con xogos e queremos que pasen por todas as probas técnicas, tanto nas escolas como no club. Están xogando e aprendendo». En base a este programa conocen el salto de longitud, la altura, los lanzamientos, la velocidad... Se familiarizan con todo desde corta edad: los más pequeños tienen cuatro años en una entidad que eleva su arco hasta la categoría de veteranos.
El momento de elegir no será hasta que llega la edad cadete. «Tamén os rapaces empezan a ver onde mellor se defenden. Xa non é que avisemos nós, é que eles xa van mirando o que lles interesa máis», comenta José Calvar, que también destaca que apuestan mucho por el atletismo de clubes, en donde tienen cabida los mejores pero también los menos buenos. «A filosofía é que compitan todos, non só os máis destacados». Es el aprendizaje inclusivo.
Con esta fórmula están consiguiendo resultados relevantes en sectores tan diferentes como la marcha, los lanzamientos... quizás porque cuentan con entrenadores para cada uno de los apartados y además tienen divididos a los entrenadores por edades. Calvar en la actualidad se encarga desde los benjamines hasta cadetes.
Todo, en un deporte que 35 años antes y ahora sigue siendo del todo amateur.