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El ataque de un perro a un cangués reaviva la tensión por el acceso al faro de Punta Couso

carlos ponce CANGAS / LA VOZ

CANGAS

XOAN CARLOS GIL

El enésimo incidente se debe a la controversia entre vecinos y Concello sobre si el camino cerrado es público o privado

14 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A José Couso le encanta ir a sacar fotografías y a desestresarse paseando al faro que lleva su mismo apellido, en Punta Couso. Acude habitualmente allí para disfrutar de uno de las vistas más impresionantes de Galicia. Pero el martes, lo que en principio iba a ser una jornada tranquila para disfrutar de ese paisaje, se convirtió en un episodio muy desagradable para este cangués de 34 años. En la subida al faro se encontró a dos perros sueltos que lo rodearon. Uno de ellos, un pastor belga, se abalanzó sobre él y le provocó dos heridas en el muslo tras sendos mordiscos.

«Los perros siempre andan sueltos por allí, pero nunca me habían atacado», asegura Couso, que ya ha puesto el incidente en conocimiento de la Policía Local de Cangas y que, pese a que las heridas son superficiales, tuvo que acudir al centro de salud del municipio a que se las desinfectaran. De momento, no se ha planteado presenciar una denuncia ante la Guardia Civil.

El hecho no tendría mayor repercusión sino fuera porque no es el primer episodio violento que sucede en ese camino de Punta Couso. El motivo: que los propietarios de las viviendas de la zona, amparándose en una sentencia judicial de la Audiencia Provincial de Pontevedra, defienden que ese camino es privado. El acceso, cerrado con un portal, incluso está señalizado como propiedad privada, prohibiendo el paso a todo aquel que no viva allí.

Todo ello provoca que subir al faro de Punta Couso sea una misión imposible sin allanar ese camino privado. El pasado martes a las 16.30 horas, sin embargo, el portal estaba abierto y cuando José Couso intentó acceder, los perros estaban sueltos. «A mí esto no me va a amedrentar. No es más que una anécdota. Tengo claro que seguiré yendo a menudo por allí. Además, que la culpa no es del perro, sino del dueño», afirma la víctima.

El propio Concello asegura que el acceso a Punta Couso no está garantizado, «e a seguridade tampouco», se lamenta el concejal de Urbanismo de Cangas, Mariano Abalo. Los perros que atacaron a José Couso, pese a no estar catalogados como potencialmente peligrosos, según fuentes del gobierno local ya provocaron varios incidentes con otras personas que intentaban acceder al faro. «Hai tempo que existe un problema cos cans», añade Abalo.

Numerosos enfrentamientos

Pero no solo los perros protagonizaron incidentes desde que se cerró el camino. Hace dos años, uno de los matrimonios que viven en Punta Couso fue denunciado por un delito de lesiones. Interceptaron a otra pareja cuando entraron en el camino y les dijeron que no podía pasar, que era una propiedad privada. La mujer portaba un cuchillo en la mano y profirió continuos insultos a los visitantes. El hombre se abalanzó hacia el denunciante y ambos forcejearon en una pelea, causándose numerosas lesiones entre ellos.

Los vecinos de Punta Couso también denunciaron en repetidas ocasiones sentir miedo ante la tensión vivida por este conflicto. Denuncian actos vandálicos de varias personas que quisieron invadir su propiedad y que los intrusos han forzado el portal en varias ocasiones. Se lamentan de que sufren insultos continuos por parte de las personas que intentan atravesar el camino. En la urbanización existen cámaras de seguridad, que en teoría graban todo lo sucedido en los alrededores del portalón.

La relación entre el Concello y los vecinos de Punta Couso es, en estos momentos, inexistente. Especialmente, después de que el gobierno local haya decidido intentar inventariar como propiedad municipal el sendero de la discordia. El Concello confía en que este trámite salga adelante y poner fin, de forma definitiva, al conflicto. De no ser así, el gobierno local no descarta en último caso incluso proceder a la expropiación de la finca.

«Urbanísticamente cremos que é un camiño público. Costas e Portos en ningún momento actuaron para garantizar o acceso ao faro», se lamenta Mariano Abalo.