Alumnos del CEIP Eduardo Pondal de Cangas compaginan libros y libretos para crear su propia ópera
24 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La opera no es un coto exclusivo de los mayores y puede mover más sentimientos que el puramente artístico. Los alumnos de quinto curso de Primaria del colegio Eduardo Pombal de Cangas han creado su propia compañía, la Estrella de Colores, para dejar clara con total entrega y dedicación su declaración de principios: desarrollar el aprendizaje con el bel canto.
El proyecto que construyen se llama LÓVA y es el acrónimo de La Ópera, un Vehículo de Aprendizaje, que desarrolla la idea de la pedagoga norteamericana McGinn, entusiasta defensora de la educación como llave para cambiar el mundo y de la música como sistema de enseñanza.
El currículo de este curso para la Compañía Estrellas gira en torno a su ópera que, por supuesto, no es el fin último del proyecto sino el motivo que integra todas las materias y en el que la creación y el trabajo colaborativo es el instrumento básico de la enseñanza.
La tutora, Mari Vilas, profesora de música y lengua y Marieta Barral, al frente del área de plástica, fueron las primeras en afrontar el reto y ahora lanzan el guante a sus pupilos. Hasta hace poco la formación solo se impartía en el Teatro Real de Madrid, pero que ahora también se puede cursar en el Centro de Formación y Recursos (CFR) de Ferrol.
En nueve meses
La misión de los niños este curso es crear y estrenar su propia ópera en nueve meses, después de organizarse por equipos profesionales: dramaturgia, caracterización, vestuario, interpretación, relaciones públicas, producción, iluminación, regiduría, escenografía, coreografía y música.
Cuando alcanzan el ecuador del proceso, se hace evidente el éxito de este original programa educativo. «El proyecto se basa en delegar responsabilidades y confiar en las capacidades del alumno. Partiendo de un tema que les interesa y que les toca emocionalmente, los alumnos deben montar una ópera y en ese proceso se impulsa el aprendizaje de todo tipo de competencias», explican los profesores.
A partir de ahí, todo queda en manos de los niños, cuyo entusiasmo demuestra que son los artífices reales de todo lo que sucede en su compañía. Laura Soaje, Rodrigo Colinas y Luna Rial, son los que están escribiendo el libreto. «Lo más difícil es ponernos a los tres de acuerdo », explica Luna. Aún no hay título pero sí argumento y parte de ese libreto que nace libremente desde su criterio. Nada se interpone en este proyecto que les enseña que pueden cambiar el mundo, y que no debe ser al revés.
«La acción de la obra se sitúa en una tribu en la que acosan a dos personas porque son dos chicas que se aman y como están aún en la Prehistoria les dicen que incumplen las normas de la tribu», avanzan los artífices del libreto. No les hace entonar para poner en solfa las «morales prehistóricas» y demostrar el empoderamiento personal del arte de las corcheas. Ante tal dislate, entrarán en escena los intérpretes (Alba Beloso, Alba Pérez, Nuria Villar, Anxo Martínez y Gabriel Castro), que se enfrentarán, desvelan, a «un supuesto gurú que quiere robarle un talismán a la tribu». Y hasta ahí pueden contar. Del tema hablan con una naturalidad abrumadora. «El acoso es cuando tú o cualquier persona maltrata o ignora a alguien», explica Javier Martínez. «Es el daño mental y físico que normalmente le hace una persona a otra, simplemente por hacerle daño», apostilla Rodrigo Colinas.
Muchas estrellas
La propuesta elegida como nombre de la compañía es de Alba Beloso. «Elegí Compañía de Colores, porque creo que cada uno de nosotros es una estrella distinta pero que todas tienen algo que aportar», dice la jovencísima artista. Su compañera Alicia Lago hizo el logo, «inspirándome en el de Queen», y ahora luce en todos los productos que estos 25 miembros de la compañía elaboran artesanalmente para financiarse el viaje que tienen previsto realizar a Madrid, con visita obligada al Teatro Real y entradas para el musical Billy Elliot.
Los mismos niños que se ahora están marcando una ópera, elaboraron bombones en Navidad, jabones artesanales en febrero y próximamente pondrán también a la venta sus propios marcapáginas. Al final de cada sesión interpretan una canción de pescadores del Congo que se titula Olelé y dice: «La corriente es muy fuerte ¡Remad, remad! Esforzarnos es la consigna para superar los retos y, el mayor de todos, pescar el pez más grande».