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«Podríamos hacer cribados de alzhéimer en salas de espera de centros de salud»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

CANGAS

XOAN CARLOS GIL

La investigadora morracense Sonia Valladares diseñó Panoramix, un juego basado en test cognitivos tradicionales que permite detectar demencias de forma precoz en quince minutos y que acaba de recibir financiación europea

13 nov 2022 . Actualizado a las 01:38 h.

A la poción mágica de La Galia romana le ha salido competencia en Gallaecia. El druida Panoramix sabía de hierbas y con ellas consiguió una receta capaz de hacer temblar un imperio. A día de hoy, no hay remedio capaz de ganar la batalla al alzhéimer pero su detección precoz permitiría contener el avance de esas tropas capaces de desconectar las neuronas, llevándose los recuerdos y la autonomía personal. La investigadora Sonia Valladares (Cangas, 1979) de lo que sabe es de tecnología y programación, y con esa destreza ha creado el otro Panoramix: Una herramienta digital que detecta señales de deterioro cognitivo incluso antes de que el propio paciente o su entorno descubran la enfermedad. «Me gustó el nombre porque Panoramix era la persona mayor y más instruida del pueblo de Asterix y Obelix. Además, la herramienta evalúa de forma panorámica el cerebro», explica. Esta ingeniera de Telecomunicaciones dedicó su tesis doctoral a convertir en juegos los test neuropsicológicos tradicionales. Panoramix acaba de recibir financiación europea y se está probando con pacientes de alzhéimer en la asociación Afaga, en Vigo.

La alameda de Aldán sirvió de inspiración a Sonia Valladares para diseñar Procedurix, una de las fases del juego en la que se evalúa la memoria en los procedimientos. Incluir en los test objetos cotidianos como las máquinas biosaludables y darle apariencia de juego —gamificar— reduce el rechazo de los potenciales usuarios. «En una de las calles del juego Episodix, que evalúa la memoria episódica que es la que primero falla, puse un Dinoseto. La idea es que las personas se encuentren con elementos que le resulten familiares. Cuando lo probamos en la residencia Santa Marta y en la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer vimos que funcionaba. Al poner elementos conocidos para el usuario, el paseo virtual resulta más cercano».

Con las distintas estéticas se evalúan las funciones ejecutivas, la memoria procedimental, la memoria semántica, la atención, las gnoxis —reconocer información visual—, y la memoria a corto y largo plazo. «No solo es digitalizar un test de memoria, es darle apariencia de juego para que las personas no se sientan que les están haciendo una prueba, esto reduce el efecto bata blanca. En los test tradicionales hay variables confusoras que dependen del nivel educativo de la persona, en Panoramix traté de evitarlo».

Gracias a la aplicación de Inteligencia Artificial, con un juego de 15 minutos de duración se puede tener un diagnóstico inicial que, si se amplía la prueba a 40 minutos, permite evaluar las tres áreas cognitivas más predictivas: memoria episódica, atención y funciones ejecutivas, lo que permite un resultado más completo. «Con Panoramix podríamos hacer cribados para detectar alzhéimer a los pacientes en sitios como un centro de salud o en espacios de esparcimiento social. Aún no estamos en esa fase, ahora el prototipo tiene que testarse en una muestra mayor para tener datos normativos, pero en potencia es una herramienta muy interesante». Panoramix acaba de recibir financiación del programa europeo Gatekeeper para analizar la evolución cognitiva en pacientes a lo largo de un período de tiempo. El profesor Luis Anido, director de tesis de Valladares e investigador del centro Atlanttic de la Universidad de Vigo, lidera esta segunda fase del proyecto. Durante la investigación inicial, Panoramix se probó en 70 voluntarios y detectó deterioro cognitivo leve en personas que no lo tenían diagnosticado. «Les preguntábamos si veían útil esta herramienta. Decían que sí pero la mayoría no querían saber el resultado». 

Investigar en femenino

Esta investigadora tenía vocación de médica, pero acabó estudiando Telecomunicaciones. Desde la tecnología sigue interesada en la faceta más humana de las ciencias. «Con el nivel de envejecimiento que tenemos o hay herramientas más eficientes o el sistema no va a ser sostenible. No me ha hecho falta tener un familiar con alzhéimer para tener sensibilidad con las personas mayores. Tengo una tía que trabaja en una residencia de la tercera edad y cuando la visito pienso que es duro. Por eso trato de contribuir para mejorar las cosas»». Forma parte de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, AMIT, convencida de que la mirada femenina es imprescindible en el mundo digital. «Las mujeres tenemos que participar de la revolución tecnológica, no podemos quedarnos fuera». Tras encadenar años de contratos temporales de investigación, Valladares ha conseguido la estabilidad como profesora de Robótica de la Universidad de Santiago. «Aspiro a seguir trabajando desde la USC con la Universidad de Vigo para darle a Panoramix fiabilidad psicométrica, para que sea un test con validez médica».

Su canción favorita

«Tears in Heaven», de Eric Clapton. «Con un fragmento de esta canción dediqué la tesis doctoral a mi madre. La letra me pareció muy adecuada, describe muy bien el dolor inmenso que sientes al perder a alguien muy querido. Solo deseas que allí donde esté tenga paz, que no haya más lágrimas en el cielo».