La mujer asesinada en Gondomar dejó una carta con los malos tratos que sufría
GONDOMAR
«Su marido intentó asfixiarla hace ya un año», asegura su hermana
05 dic 2020 . Actualizado a las 02:05 h.Hay pocos testimonios tan sobrecogedores y comprometidos con la lucha contra la violencia de género como el que ayer defendió en Gondomar Puri Rey Valverde, hermana de Soledad, la última víctima de un crimen machista en Galicia. Rota de dolor, abrazada por su familia y respaldada por cerca de 200 personas, esta mujer tuvo el valor de relatar el calvario que sufrió su hermana e insistir en que hay que denunciar siempre. En su relato explica cómo la víctima debía temer por su vida hace ya tiempo. «Dejó escrita una carta con todos los malos tratos que venía sufriendo y en la que explicó también lo que pasó el año pasado», indicó Puri.
Su familia tardó demasiado en saber lo que había sucedido aquel día. «Era su cumpleaños y ahora sabemos que aquel día él la agarró por el cuello, cuando ella estaba en el sofá, porque tenía problemas de movilidad y no podía salir de casa con los dolores, e intentó asfixiarla», relata. Cuando su madre fue a visitarla después de ese episodio y, al igual que después hizo con su propia hermana, Soledad quiso restarle importancia, «porque vivía solo para su hijo, un niño con síndrome de Down y autismo, con 19 años pero que parece que tiene nueve», explica Puri expresando su profunda preocupación ya que aunque son «una familia muy unida» y el joven tiene un hermano mayor con el que está desde que ocurrió la tragedia, solo lo entendía bien su madre. Cuando le preguntaron tras su cumpleaños por los moratones de la cara, Soledad desvió el tema.
«No pasa nada, me atraganté», le dijo a mi madre cuando fue a visitarla. «No fue hasta mucho después, con el tiempo, cuando nos dijo que había intentado asfixiarla», explicó la hermana de la víctima. Ese 5 de mayo del 2019 en el que Soledad cumplió los 58 años, también fue el último que pudo cantar. «Yo siempre cantaba en el baño, pero ahora con este bulto en la garganta ya no me sale la voz y no puedo cantar», le reconoció a su propia hermana. Puri la respaldó siempre y le pidió que lo denunciara, pero no lo consiguieron. «Ayer me enteré de que había dejado una carta como si supiera lo que le iba a pasar y que ahora ha de tener mi sobrino», indica esta valiente mujer con el corazón roto.
Un calvario físico y emocional
Soledad soportaba un calvario físico y emocional. «Era discapacitada, tenía muchos dolores de espalda, de piernas, de cadera y no podía moverse mucho, pero se levantaba hasta tres veces cada noche del sofá, que era el único lugar en el que podía dormir, para comprobar que su hijo estuviera bien y, como no podía salir de casa, nos llamaba siempre por teléfono para asegurarse de que estábamos bien y hacernos reír», confirma su hermana. Ella ha hecho de altavoz en el día más duro de su vida para que no haya ni una víctima más. «Somos tontas, tanto aguantar para qué», denuncia. Hasta la muerte se ensañó con ella. «Le dio cinco puñaladas cuando ella estaba en el sofá y no podía defenderse», lamenta Puri con inmenso dolor. Soledad recibió los golpes de cuchillo, este miércoles, en el pecho y el abdomen. «Mi hermana no merecía esto, era una santa y está en el cielo, pero está muerta y no tenía por qué estarlo», asegura, dando un ejemplar testimonio, advirtiendo la urgencia de denunciar siempre.
El alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira; la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, y la Subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, acudieron ayer a la concentración de repulsa contra este asesinato.
El presunto homicida sigue en la uci del hospital Povisa de Vigo, con pronóstico reservado. Tenía cortes en las muñecas y había perdido mucha sangre cuando fue hallado.
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