Un flechazo que dura más de 70 años

Monica Torres
mónica torres GONDOMAR / LA VOZ

GONDOMAR

Óscar Vázquez

Irene Núñez y Ramón Valeiras son el matrimonio veterano de Gondomar

17 feb 2023 . Actualizado a las 01:06 h.

«Fue un flechazo en toda regla. En cuanto lo vi, me dije: ‘Este es para mí’». Fue el propósito que se hizo Irene Núñez Valeiras al conocer a Ramón López Domínguez en una comida familiar con motivo de la fiesta de San Roque de Morgadáns. 72 años, 5 hijos, 5 nietos y 6 bisnietos después, este matrimonio de Gondomar evidencia que hay parejas que sí son para toda la vida.

«Yo también lo tuve claro. Me enamoré al momento de su belleza y de su forma de ser, y ambas las mantiene intactas», asegura el que desde hace casi siete décadas es su marido.

Como matrimonio veterano del municipio, Irene y Ramón fueron ayer protagonistas del San Valentín. «Ramón fue mi primer pretendiente y el único. Sigo tan enamorada como cuando nos conocimos», aseguró Irene a La Voz. Bajo el mismo corazón que otras muchas parejas utilizaron para sacarse fotos, ambos confirmaron públicamente su amor, con besos incluidos y la bendición del alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira, que les entregó un ramo de flores y una escultura. Los novios repartieron amor y humor arropados por su familia.

«No puedo vivir tanto, si no a ver quién iba a mirar para mí», le soltó Irene con espontaneidad al regidor cuanto este les deseó otros tantos años de felicidad y amor.

Sobre el secreto para sumar 70 años de vida matrimonial, afirman que «la clave es el respeto». «El truco es decir a todo amén, pero respetarse mutuamente siempre», sostiene la mujer. Gozan de una salud envidiable a sus 87 (ella) y 92 (él) años. Ramón, que fue chófer de autobús y de camión por toda Europa y gran deportista, se da paseos diarios de dos horas por el centro. «Hasta los 72 años hacía mucha bicicleta e iba al Aloia. Lo dejé porque tengo una prótesis de cadera, si no aún seguiría», advierte con el mismo espíritu. «Lo que más me gusta es ver el fútbol y el tenis y hacer ganchillo», explica Irene con una agilidad mental que cuantos la conocen afirman que tiene de siempre.

Oscar Vázquez

Se casaron después de tres años de noviazgo, en cuanto ella cumplió los 18. «La boda fue en la iglesia de San Pedro de A Ramallosa, comimos con la familia más cercana y el viaje de novios fue hasta casa de mis suegros, que eran maravillosos», recuerda. «Lo que no hay hoy en día es seriedad, ni en el hombre ni en la mujer, porque están casados y se van por ahí de picos pardos. Las parejas no duran porque tienen mucho vicio, hay que hablar de todo para arreglar cualquier cosa y respetarse», insiste. Irene cuidó a su familia, pero también trabajó con su padre, nieto del fundador de la ferretería Núñez, la más antigua del pueblo y que 120 años después está en manos de su hija, como ferretería Ildefonso Ruiz.

Le encanta viajar y disfrutar de su familia. Como Senegal le pilla un poco lejos, pide como regalo reencontrarse con su nieta que vive allí con su marido y sus tres hijos. «No quiero morir sin volver a verlos», deja caer.