Las termitas se comen el retablo de una iglesia de Gondomar del siglo XII

Monica Torres
Mónica Torres GONDOMAR / LA VOZ

GONDOMAR

M.MORALEJO

Los vecinos de Donas organizan una comida solidaria para recaudar fondos

14 sep 2024 . Actualizado a las 03:37 h.

La iglesia parroquial de Santa Eulalia de Donas, «la más importante del municipio de Gondomar por antigüedad y estado», considera el sacerdote, Víctor Bargiela Bargiela, sufre un grave ataque de termitas. Tal es la situación, que parte del retablo mayor se da derrumbado, por lo que ya han tenido que bajar a los santos, incluyendo a la patrona de esta parroquia que debe su nombre a las mujeres benedictinas que fundaron el monasterio y, posiblemente su iglesia, apunta Bargiela, que cuenta con el respaldo de los lugareños. Miembros de la comisión de fiestas y de la asociación de vecinos, se han puesto manos a la obra para ayudar a recordar los fondos necesarios para proteger su patrimonio. Organizan una comida solidaria y toda la recaudación será «para asegurar la estructura del templo y mantener viva la historia de la comunidad», indica Gonzalo Alonso, de la comisión de fiestas. El evento es el 19 de octubre en el centro cultural de Donas y el menú, de 20 euros, incluye sopa, carne ó caldeiro, postre, bebida, café y chupito.

La posible afectación ya se sospechaba hace tiempo, aunque nunca se pensó en nada de tal magnitud. Un feligrés vio cómo caía polvo en un banco y advirtió al párroco, que pidió a la empresa que analizaba la situación, que agilizara el procedimiento. Hace dos semanas, se derrumbó parte del retablo y se colocaron cebos con termiteros, tanto fuera del templo, para que no entren, como fuera, confirmó el sacerdote. Se presume que el ataque de los xilófagos que ahora se ha hecho perceptible en el exterior, se gestó en una de las piezas más relevantes de esta iglesia románica. El anterior párroco, que hace 16 años ya acometió una reforma, detectó hace seis que podía haber alguna afectación en el retablo, aunque no se sabía si era anterior y los insectos estaban muertos. Cuando el actual párroco tomó posesión comenzó a revisar también el conjunto y ya había un estudio en marcha, pero el sospechoso serrín sobre un banco, destapó que el retablo ya estaba comprometido.

Se trata de un pieza especialmente interesante por lo que esconde ya que en la parte trasera hay unas pinturas murales inéditas, «posiblemente del siglo XII, que es cuando se fundó el monasterio benedictino femenino» y «además un retablo anterior del siglo XVI o XVII». «O le dieron la vuelta al anterior para hacer el actual, que es del siglo XIX o lo fijaron a él. Queremos es poder llegar hasta esa zona y salvaguardar lo que se pueda», dice

En la intervención que se hizo hace 16 años, una de las muchas que sufrió el templo a lo largo de sus nueve siglos de vida aunque de la primitiva construcción, conserva tanto la portada románica como el presbiterio con sus columnas, se cambiaron el tejado y el suelo. Los especialistas creen que el mortero de las vigas quedó muy unido a la piedra, facilitando la proliferación de la plaga.

Urge una actuación integral que ronda los 50.000 euros, más de la mitad para el retablo. El párroco confía en que el Obispado autorice la venta de un terreno en la zona, pero solo daría para la parte del retablo y además, el tiempo juega en contra. Se muestra agradecido y encantado con el respaldo de su parroquia. «Es una joya románica, la estructura de mayor valor patrimonial de Gondomar, también por el valor y arraigo con la población», recuerda. Ya han tenido que bajar de su peana a la patrona, una imagen del siglo XVIII de Santa Eulalia y otras del XX, como la del Sagrado Corazón. «Son todas más que centenarias en cualquier caso y además hechas a mano. Son imágenes pensadas para un lugar concreto que también tienen un valor simbólico para los vecinos», resalta Víctor Bargiela.