Saber de meteorología da mucha presencia ante los vecinos poco cultivados en la materia. Con cuatro datos es posible hacerse pasar por un vigués con tradición marinera, aunque en su caso se maree solo al pasear ante el barco que va a Cangas.
Los refranes son la principal fuente de información meteorológica. El saber tradicional hecho rima nos aporta el primer silogismo: «Gaivotas á terra, mariñeiros á merda». Sencillo, contundente y cargado de verdades. Si ve que las gaviotas se alejan del mar y toman aposento en la terraza de su casa, prepare el paraguas y la gabardina. La lluvia no se hará esperar.
Si por un casual, no depara en los hábitos de estas aves, debe echar mano de otro clásico local: «Nubes no Xaxán, chuvia no chan». No falla. La cumbre más alta de la ría, situada encima de Moaña y también conocida como Faro de Meira o Faro de Domaio, según el autor que consultemos, nos da la pista más reconocible para sospechar que la aguada se nos viene encima.
Pero, ¿y si quiero ir a la playa y asegurarme una temperatura adecuada en las aguas del mar? En este caso, el vigués conocedor de su medio físico se chupará, sin dudar, el dedo índice y sacará la mano fuera del marco de la ventana. Advertirá la dirección del viento y asentirá: «Es norte, el agua del mar estará fría como la nariz de un inuit en pleno invierno». En cambio, el viento del sur nos facilitará la inmersión placentera en las aguas de las numerosas playas de la ría.
El vigués de siempre sabe que los atardeceres teñidos de rojo auguran la perviviencia del sol y el buen tiempo al día siguiente, y que, tras días de fuerte calor, es muy probable que la niebla haga su aparición sin tardanza.
Pero el refranero también nos proporcionar previsiones meteorológicas a largo plazo. El más clásico de todos estos adagios dice: «Chuvia na lúa de outubre, sete meses cubre». Es decir, que la cosa se puede poner tremendamente húmeda si llueve en la luna llena de octubre. O aquel que dice: «Lúa nova con tronada, trinta días de mollada». Se incide en el tema pero con una predicción a un mes vista.
Al vigués le gusta hablar del tiempo meteorológico, por ello es importante instruirse en esta ciencia. Aunque, en último caso, tampoco queda uno mal situándose en la inconcreta frase: «Dicen que va a llover, lo oía en la radio».