La autopsia confirma que la muerte de la pareja, de 80 y 81 años, fue natural
14 feb 2024 . Actualizado a las 20:06 h.La autopsia realizada por los forenses ha confirmado que el matrimonio, de 80 y 81 años, hallado en su domicilio de Moaña falleció de muerte natural en la soledad de su vivienda alquilada en el paseo de O Con. Aunque las fechas de la muerte no han sido precisadas con exactitud, se maneja un margen de varias semanas. Se sabe que primero murió el varón, que, al parecer, se llamaba Máximo C., y a los pocos días falleció su esposa, Carmen C. La primera muerte se produjo hace aproximadamente dos semanas, que es el tiempo que se cree que el felpudo de la entrada estuvo dos semanas doblado junto a la puerta.
La pareja vivía de alquiler en el número 24 de la calle José Costa, una zona residencial cerca del puerto y con vistas a la ría de Vigo y a la playa de O Con. Allí se establecieron durante la pandemia procedentes de Tenerife, donde estuvieron viviendo durante muchos años. Carmen era originaria de A Paradela, un lugar situado en una parroquia cercana a Broullón. El hombre procedía del interior de la zona del Umia. La mujer había vendido la casa familiar hacía muchos años y ambos habían hecho su vida en Canarias, hasta que regresaron a Moaña.
Se establecieron en un piso de alquiler durante la pandemia y desde entonces llevaban una vida discreta y reservada. No tenían mucho trato social. Durante la pandemia apenas salían de casa y recibían la comida de un supermercado cercano al que le encargaban víveres para una o dos semanas. Cuando se acabó la alerta del covid comenzaron a salir de vez en cuando y se acercaban al mercado de abastos para ver y comprar productos frescos. Eran personas muy precavidas y no solían alternar demasiado. Cuando encargaban la compra, los repartidores tenían que esperar a que les abriesen la puerta después de que estuviese cerrada con varias vueltas de llave. En los últimos tiempos no se les había visto y se sospecha que su estado de salud se agravó coincidiendo con la oleada de virus de este invierno. Aunque tenían una hija, el trato con ella no era demasiado frecuente. Eso explica que la Guardia Civil tuviese que entrar por una ventana ya que la hija vive fuera. Los agentes fueron alertados por el casero, que llevaba días sin tener noticias de sus inquilinos. Localizaron a la hija y le pidieron permiso para entrar en la vivienda.
Sin signos de violencia
Como los agentes no pudieron forzar la entrada, rompieron una ventana para poder acceder al piso. Una vez dentro, encontraron al hombre en el cuarto de baño y sin ningún golpe. Estaba en el suelo como su hubiese perdido el conocimiento, y ya en un avanzado estado de descomposición. A la mujer la encontraron en la cama, también muerta y sin signos de violencia. El suceso ha causado una gran conmoción en Moaña.