
Los ambulantes piden al Concello que controle los puestos
01 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El Concello de Vigo ha iniciado el proceso de regulación de la feria de San Cosme y la preocupación se extiende entre los ambulantes al temer que quienes no sean capaces de adaptarse a la ley trasladen sus puestos a la zona de Mos. El mercadillo dominical se extiende en un área forestal limítrofe entre ambos ayuntamientos. Una histórica falta de control ha permitido que algunos vendedores ejerzan su actividad sin tener todos los papeles en regla, según afirma la portavoz del mercadillo Carmen Viéitez.
Pero las autoridades locales de Vigo tomaron cartas en el asunto hace años para que todos los que trabajen en los tenderetes se adapten a la ley gallega de comercio y no se produzcan situaciones de enriquecimiento ilícito por parte de algunos líderes de mercadillos. Lo hizo cuando el problema estuvo a punto de salirse de las manos a raíz del enfrentamiento entre gitanos morones y zamoranos, que tuvo su momento culminante en un ataque a tiros que sufrieron estos últimos en la VG-20. Primero fue la feria de Bouzas, que estuvo cerrada durante una temporada hasta que por fin el Ayuntamiento la regularizó. Tras poner también orden legal en el mercadillo de Coia, ahora le toca el turno a la feria de San Cosme, en Zamáns.
Dos zonas
Los ambulantes están preocupados por que se se establezcan dos zonas diferenciadas en el mercadillo. Una dentro del término municipal de Vigo con los ambulantes que han podido aportar toda la documentación legal y otra en Mos, de quienes continúan ejerciendo su labor de forma irregular, sin pagar impuestos ni estar dados de alta.
El Concello de Mos aún no se ha pronunciado sobre si se va a sumar a la campaña iniciada en Vigo para que los ambulantes cumplan la ley y paguen los impuestos que les corresponden.
La portavoz del mercadillo instó a la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, a que ejerza un control sobre los puestos que se instalen en su territorio para evitar situaciones de competencia desleal. «Lo que pedimos es que todos seamos iguales ante la ley», expresa la portavoz.
La ley de comercio gallega establece que la venta ambulante en los mercadillos está sujeta a la obtención de una licencia por parte de los ayuntamientos. De esta forma, las administraciones locales deben aprobar las correspondientes ordenanzas municipales. Además a los vendedores se les exige que estén dados de alta en el régimen de la Seguridad Social y, en su caso, el impuesto de actividades económicas. Otro de los requisitos que deberán reunir los ambulantes de la feria de San Cosme es estar en posesión de un certificado de haber recibido formación en materia de manipulación de alimentos.
También deberán satisfacer las tasas y los tributos fijados en las ordenanzas y, en el caso de los extranjeros, disponer de permisos de residencia y trabajo. Un seguro de responsabilidad civil también resulta obligatorio para abrir los tenderetes.
La asociación de vecinos Celado, que gestiona el mercadillo, tiene de plazo este mes de febrero para aportar un plano de ubicación del mercadillo y toda la documentación legal de los vendedores.