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El tramo de autovía más peligroso de España tiene señales confusas

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

MOS

Alejandro Martínez

Indicativos tapados antes del radar en las curvas de la A-55 confunden a los usuarios

24 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La existencia de señalas de limitación de velocidad tapadas genera confusión entre los usuarios de la A-55 a su paso por Mos. Uno de los casos que crean más incertidumbre son las que están ocultas a cincuenta metros de la curva de Los Molinos, en el kilómetro 12 en dirección a Puxeiros.

Pasado el hostal hay un radar fijo, pero como un poco antes las señales están envueltas, es fácil dudar sobre cuál es la velocidad máxima a la que pueden ir en sus vehículos. Antes de las obras era un tramo de 80, pero cuando comenzaron bajó a 60. Al parecer, la velocidad máxima en este tramo ha vuelto a quedar establecida en los 80 kilómetros por hora, puesto que así lo indica una señal que se encuentra cientos de metros más atrás. Es habitual que los conductores se hagan un lío al llegar a esta recta, puesto que antes han pasado por señales de limitación de velocidad de 60 y de 80 y muchos ya no tienen claro si deben mantener o soltar el acelerador.

La señal que se encuentra a mano derecha está tapada con una lona; la de la izquierda, con un plástico que impide ver la prohibición. La instalación de estas dos señales que están paralelas supone que Fomento quiere reforzar la advertencia de velocidad en este punto. Con las obras terminadas, será difícil que los conductores pasen por alto ambas indicaciones. Pero el tramo adolece ahora de una señalización provisional por obras, pese a que la necesidad de advertir a los conductores sigue siendo la misma dado que el riesgo es idéntico y el radar está en funcionamiento.

En el resto de la autovía, tanto en sentido creciente como en el decreciente, hay más señales de velocidad que se encuentran igualmente tapadas. Pero a diferencia del tramo previo a la curva de los molinos, hay postes de velocidad marcados con el color amarillo, que permanecerán hasta que acaben las obras, cuando las definitivas sean descubiertas. Así, bajando de Puxeiros hasta pasada la curva de los molinos, no se debe pasar de 60 kilómetros por hora. Una vez que terminen las reformas de la autovía, buena parte del trayecto volverá a estar limitado a 80.

Pero la señalización poco antes de la curva de los molinos es confusa. La falta de claridad a la hora de indicar la velocidad podría ser un motivo para recurrir una sanción en caso de ser pillado por el radar. Los conductores siempre podrán argumentar que las señales estaban ocultas antes de llegar al cinemómetro.

Cambiado de sitio

La DGT cambió de lugar este dispositivo hace meses y lo acercó al tramo sinuoso donde ir con exceso de velocidad supone un peligro. Anteriormente se encontraba varias decenas de metros más atrás, en plena recta, ubicación que para muchos usuarios delataba un afán recaudatorio. Este radar es uno de los que más multan. El año pasado anotó un total de 5.360 sanciones.

En este tramo donde reina el caos de señales y la confusión entre los conductores es el que registra el mayor número de accidentes de las autovías de todo el país. Cuenta con seis radares fijos para controlar la velocidad. La vigilancia se intensifica con otros dispositivos móviles, así como la continua presencia de vehículos camuflados de la Guardia Civil para pillar a conductores sin cinturón o que circulan hablando por el móvil.

5.360

Sanciones

Uno de los radares que más multan de la autovía está en un tramo con señales confusas.

Los transportistas urgen a terminar las obras para acabar con el caos en el tramo de Mos

Los transportistas están convencidos de que hasta que no terminen las obras de reforma de los accesos seguirán soportando la anarquía de señales en la A-55. «Queremos que acaben cuanto antes porque ya llevamos dos años y medio con esta película y ya es demasiado tiempo», manifiesta Ramón Alonso, presidente de la Federación Galega de Transporte de Mercancías. En su opinión, además de confusión, la señalización es incongruente. «No se explica que en una recta tengas que ir a no más de 60 y que al llegar a la curva sea de 80. No se quién es el responsable de esto, pero alguien no se entera de nada», considera.

Los transportistas deberán esperar a no menos de septiembre de este año. A pesar de haber estado más de dos años paradas, esa es la fecha que mantiene Fomento para la conclusión de estas obras que suponen un desembolso de seis millones de euros. Las máquinas volvieron a funcionar este mes, cuando ya el Ayuntamiento de Mos había perdido la paciencia y emprendido medidas de presión.

Alternativa

La solución definitiva será la continuación de la A-52 hacia Vigo con la creación de un túnel bajo el alto de Puxeiros, según prometió Rajoy el pasado mes de abril durante una visita a Pontevedra. Sin embargo esta nueva variante, que supondrá una inversión de 362 millones de euros, no saldrá a contratación en la primera tanda del plan extraordinario de carreteras. «De momento no vemos ni proyecto ni nada que se le parezca», lamenta el portavoz de los transportistas.