La viguesa que convierte el aceite en oro: «El desagüe es el inicio del mar»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

MOS

Oscar Vázquez

Arancha Mañas está al frente de una firma pionera en la gestión de residuos. En la planta de PMA Nutrigrás en Mos se transforman los restos de fritura en aditivo de biocombustible

10 may 2022 . Actualizado a las 00:45 h.

Cuando el concepto economía circular no existía, Arancha Mañas (Vigo, 1974) ya reciclaba envases. «En mi casa vemos los residuos como materia prima. Desde pequeñas hemos hecho manualidades con cajas de cartón, bandejas de comida de poliespán y papeles». La gerente de la empresa familiar PMA Nutrigrás creció jugando en las instalaciones de una planta que se puso en marcha en 1983 y que hoy recoge y valoriza el 75 % del aceite de origen vegetal usado que generan los locales de hostelería de la provincia de Pontevedra. «Desde 1991 lo derivamos a energía, a biocombustible», explica.

Un litro de aceite usado contamina hasta 1.000 litros de agua en buen estado. Cada vez que se voltea una sartén en un fregadero se pone en jaque al medio ambiente. «El fregadero no es la boca del cubo de basura, hay que pensar que el desagüe es el inicio del mar o del río», explica Mañas. «Mucha gente no sabe que el aceite usado, cuando se enfría, se convierte en una masa que tupe tuberías, que puede tupir la depuradora y que aumenta las plagas de roedores que se alimentan de la grasa».

Además de recoger puerta a puerta este residuo a las empresas hosteleras, PMA Nutrigrás instala bidones en las comunidades de vecinos y gestiona contenedores para aceite vegetal usado en ciudades como Vigo. El proceso industrial que se lleva a cabo en la planta de Mos convierte al desecho de las frituras en un fluido homogéneo para que, una vez en las refinerías, pueda ser aditivo de biodiésel. «Hacemos una preparación, le sacamos la parte de agua, los restos sólidos... De un litro de biodiésel, el 30 % es un aditivo bio. Así se contamina un 30 % menos».

Esta directiva, licenciada en Administración y Gestión de Empresas, lleva años especializándose en economía circular, lo que la ha llevado a presidir Aproema, la Asociación Profesional de Empresas Medioambientales de Galicia. La nueva ley nacional, aprobada el 7 de abril regula que los residuos tienen una segunda vida y que hay que empezar a considerarlos recursos. «Cuando se empezó a separar el vidrio, allá por los años 80, a los contenedores de iglú se les llamaba ovnis. Hay que adaptarse a los cambios». Hoy el reto es conseguir separar los residuos orgánicos del resto de la basura y depositar de forma aislada los envases, el vidrio y el papel. «El contenedor verde no creo que desaparezca pero sí que van a seguir aumentando los distintos contenedores». Mañas explica que la legislación obliga a los ciudadanos a separar el 50 % de sus residuos.

Trucos de reciclaje

En casa de esta empresaria, los muebles zapateros ayudan a ahorrar espacio y albergan parte de los distintos cubos de reciclaje a los que hay que hacer hueco en la cocina. Lo primero es comprar bien. «El reciclaje empieza en la compra, minimizando. El residuo orgánico es proporcional al impulso de compra, hay que saber comprar lo que realmente necesitamos». Lo segundo, asegura, ser conscientes de que lo que se lleva a casa hay que separarlo o reutilizarlo. «Es mejor dejar los envases en el contenedor amarillo con restos que no dejarlos. No hay que complicar mucho las cosas al ciudadano. Lo más importante es que al orgánico no vayan envases». ¿Y a partir de ahí? «No es cierto que en un camión de residuos se mezcle toda la basura. Los grandes gestores hacen inversiones en vehículos que ya separan el metal con imanes cuando la basura cae por un embudo, ya va separando. Y en la planta se separa con procesos mecánicos, por aire por ejemplo, los plásticos más finos, pero también por peso, por densidades...».

Esta empresaria viaja hoy a Atenas como observadora de empresas de residuos. «La palabra medio ambiente está obsoleta, el concepto ahora es sostenibilidad». Todo esto, Mañas lo enseña en colegios y lo explica a las empresas que con la nueva ley deben ser responsables de sus residuos hasta la última instancia. «Todo es reciclable, pero no para todo tenemos medios para reciclar», aunque asegura que en Galicia hay empresas capaces de transformar todos los residuos cumpliendo una de las claves de la ley: la proximidad, «hay que reducir la huella de carbono».

PMA Nutrigrás tiene conciencia medioambiental pero también social. Arancha Mañas presume de que en la planta de Mos se concilia hasta con los perros. «Aconsejo que los empleados lleven los perros al trabajo, es antiestrés». Muchos veranos han organizado ludotecas en las instalaciones y no es raro que la directiva vaya a una reunión con su hijo. «Si no me queda otra, me lo llevo, con normalidad. Es más lo que pensamos que el otro va pensar que lo que piensa». También en esto, Mañas pone en práctica la economía circular, enseñando a su hijo lo que ella aprendió de sus padres desde la cuna: a optimizar, reciclar y reutilizar. Hace cuarenta años era ella la que jugaba en la planta y hacía manualidades aprovechando papeles. En uno de esos folios, siendo una niña, dibujó el árbol que a día de hoy es imagen corporativa de la empresa.

Su canción favorita

«A kind of magic», de Queen. «Fue mi primer vinilo, tenía 12 años. Tengo toda la discografía de Queen y de Freddie Mercury en solitario. Para mí es ánimo, es fuerza. Me lo regalaron mis padres y a la vez me regalaron un disco recopilatorio de canciones de dibujos, por si me acababa cansando. Hoy lo sigo escuchando».