El Imperial de Nigrán sobrevive después de 60 años y a veces con un solo espectador por función
NIGRÁN
Parecía que la competencia de las dos salas del centro comercial de A Ramallosa iba a sepultar el viejo cine de Nigrán y no ha sido así.
El Imperial sobrevive en un panorama generalizado de crisis por el empeño personal de Latino Salgueiro, su fundador, que con 79 años de edad continúa sentándose cada fin de semana junto al proyector para mostrar las últimas novedades al escaso público que se acerca a la sala.
Le ayuda también durante el tiempo libre su hija Ana María, que es farmacéutica. «Yo aguanto, la semana pasada di una función con un solo espectador», afirma este veterano exhibidor.
«Las películas que anuncio en la cartelera las doy siempre y las puedo empezar sin nadie, si al llegar a la mitad veo que no no hay ninguna butaca ocupada, entonces paro». Reconoce que lo suyo es vocación por el cine «que siempre sentí desde muy joven y que hoy en día continúo manteniendo» . Abrió el Imperial de A Ramallosa cuando tenía tenía 18 años de edad, en 1948 ,y hoy en día es una de las salas más antiguas de todo el país.
«La primera película que proyecté fue Arco Mágico, sobre la vida de Paganini, que tuvo mucho éxito en aquella época, nunca la olvidaré, hasta el último momento no supimos que podríamos arrancar, me dieron la corriente la víspera», afirma.
Censura
También recuerda los momentos difíciles de la censura. «Las películas venían bastante cortadas y muchas estaban prohibidas, recuerdo una película original norteamericana que duraba 200 minutos y al final la sesión que pude ofrecer era de sólo 96 minutos».
Respecto a sus películas predilectas, reconoce que «me gustan todas las que tienen un mayor éxito de público». Al fin y al cabo, las obras comerciales son las que le han permitido ganarse el sustento durante las últimas seis décadas, eso sí, sin grandes pretensiones, «porque quien se meta en esto pensando que es un gran negocio, se llevará un buen desengaño».