Todos los establecimientos cuelgan el cartel de completo a pesar del cámping
15 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy arranca el festival de música y cocina PortAmérica y el municipio de Nigrán tiene los hoteles a rebosar. No importan el número de estrellas ni cuántas habitaciones tenga el hotel: si está en Nigrán, no hay una cama libre.
El viernes y el sábado, los días en los que se celebran los conciertos, aquellos que prefieran una habitación en lugar de una tienda de campaña hacen que los diversos alojamientos de este municipio no tengan otra opción que colgar el cartel de completo. Algunos incluso comienzan a llenarse antes del concierto, como es el caso del Hotel A Queimada, donde, como afirma Lorena Comesaña, trabajadora del alojamiento, «todos los años se hospeda aquí la organización del festival; este año están ya desde el miércoles».
La afluencia de gente en la ciudad estos días de verano tiene efectos positivos en todo el sector hostelero. «Esperamos unas 25.000 personas este fin de semana y valoramos mucho la promoción que significa que este evento se haga aquí», señala Darío Álvarez Rodríguez, presidente del Centro de Iniciativas Turísticas de Val Miñor. Se trata de unos días que, como bien dice Jose Guillermo, del Motel Orinoco, «ayudan a llevar bien el mes de julio, algo que se nota en comparación con meses anteriores». Pero, a diferencia del año pasado, que había tres noches de concierto, este solo hay dos, cosa que también tiene efectos en el sector, ya que como asegura Esther Rodríguez, de la Pensión Nigrán, «estamos completos justo los días del festival, el domingo es desbandada total». Sin embargo, a pesar de este cambio en la duración del PortAmérica, Darío Álvarez admite que «el hecho de que los hoteles se beneficien gracias a este evento es algo incuestionable».
La localización de los diferentes hospedajes no es algo que afecte especialmente estos días, existen autobuses que van desde el centro de Nigrán hasta el polígono, por lo que Cristina Iglesias, de la Pensión Venus, asegura que «no es un impedimento que estemos en el centro de la ciudad y que el festival esté un poco lejos, la gente va y viene en transporte público o taxis». Aunque la distancia a los conciertos no sea un factor que deje habitaciones vacías, sí que influye en la rapidez en que estas se llenan. Jose Fernández, del hostal Alce, que se encuentra a unos 25 minutos andando desde el Polígono Porto do Molle, asegura que «la gente que duerme aquí va caminando al festival y eso hace que seamos de los primeros lugares en completar habitaciones. Se reservan casi todas en la misma semana que salen las entradas a la venta».
Y es que esa es otra cuestión en la que influye este festival, las reservas por internet hacen que en mayo como muy tarde, la gran mayoría de hoteles no tengan más habitaciones libres. Algunos como el hostal El Retiro, ya en Navidades tuvieron reservas para estas fechas, otros incluso desde el verano anterior.
Este festival es muy bien recibido por la comunidad hostelera que transmite su deseo en que se siga realizando. Como asegura Jose Fernández, «no estaría mal que hubiese más eventos así»