Dejaron sus profesiones para crear la primera marca prémium española de ropa deportiva: Idawen. Lo que empezó como una colaboración para hacer bolsos reciclados, terminó con una firma que hace desde Nigrán las prendas y accesorios que todos los amantes del deporte buscan
04 nov 2019 . Actualizado a las 10:23 h.Con solo cuatro años en el mercado, se han convertido en una referencia. Tienen más que testado que los amantes del deporte que ven sus prendas o bolsos pronuncian rápidamente una palabra: Idawen. Y es que así se llama esta empresa con sede en Nigrán que nació casi de la casualidad. Sus fundadores, Lara Herranz y Carlos Martínez, no se dedicaban a nada parecido al mundo de la moda. Sí a la empresa. Ella, como consultora tecnológica de sistemas de gestión. Él, como consultor estratégico. La oportunidad les llegó por el encargo de una amiga.
«Colaboramos en un proyecto de bolsos hechos con lonas recicladas. Nos metimos en la parte empresarial y tecnológica, pero al final nos involucramos mucho porque nos interesó. Ahí empezamos a testar lo que podía gustar en el mercado», explica Lara.
A esta motivación inicial se unió que ambos socios son grandes amantes del deporte y ya habían detectado que había prendas y accesorios que no encontraban en el mercado. «Lo mío empezó con una bolsa de deporte. Tenía una lona muy bonita y dije: ‘me la hago’. Así hicimos el primer bolso. A Carlos le pasó lo mismo con una funda de kitesurf. Vimos que la gente valoraba mucho lo que habíamos hecho y nos dimos cuenta de que ahí había un nicho de mercado», explica Lara, a quien, por contradictorio que parezca, un ERE en la multinacional en la que trabajaba le hizo dar el salto definitivo. «Fue un riesgo. Cuando nos preguntan si lo volveríamos a hacer, nos quedamos pensando, pero es cierto que nos aporta muchas cosas buenas», dice riendo.
Idawen pone a disposición de los amantes del deporte prendas para diferentes disciplinas y accesorios. Se sienten identificados con una breve definición: diseño y funcionalidad. «Utilizamos los mejores tejidos del mercado, muy técnicos. Son de compresión, te activan la circulación, favorecen que no tengas lesiones. Por no hablar de que son ligeros, de secado rápido y con cero transparencias. Están pensadas para que cuando vayas a hacer deporte no estés pensando en las prendas que están llevando».
Sus diseños son además únicos, coloridos y diferentes a lo habitual y todo el proceso se hace desde Nigrán. «En la parte de confección no encontrábamos ningún sitio donde se hiciese todo con la calidad que queríamos. Nuestra tirada es corta, hacemos ediciones limitadas y eso también es un problema para subcontratar. La estampación digital nos ayuda además a ser muy rápidos. La tecnología nos permite la rotación del producto y poder ser ágiles. Nuestro calendario está muy ajustado, con lo que vamos a sacar para ir de forma pareja con el márketing. No nos movemos por colecciones, sino por inspiraciones». Una filosofía que supone un enorme esfuerzo a una plantilla de cinco personas que esperan que en un año se haya duplicado, «tanto en el área de producción como en la de oficina».
Sus clientes
Los clientes de Idawen valoran que las tiradas sean limitadas, su arraigo con la tierra o el mimo que se deposita en cada prenda. «Hicimos incluso encuestas. Lo más valorado eran el diseño y la calidad, ya cuando habían probado los productos. Siete de cada diez valoraron que todo se hiciese en Galicia, siempre que eso no les subiese el precio», explica. Un precio que no difiere mucho del de las prendas de calidad de las grandes marcas. «Vendemos sobre todo online. Tenemos algún punto de venta físico, por ejemplo en Andorra o Estados Unidos. También hacemos muchas pop ups en Madrid, en eventos como el Mutua Madrid Open. Desde luego, en lo que tiene que ver con Estados Unidos o Europa más que vender, nos compran, pero es una manera de testar que hay mercados muy potentes», sentencia Lara. En total han vendido ya más de 1.000 bolsos de deporte y prendas deportivas en 22 países.