
Era para construir el edificio del Consejo de Europa
08 may 2017 . Actualizado a las 04:00 h.esar de haberlo así anunciado, no era mármol de Carrara el material elegido por los diseñadores del edificio del Consejo de Europa se inauguraría aquel mes de mayo de 1995. La fachada del inmueble había causado sensación y eran decenas las felicitaciones que habían recibido los autores del trabajo. Pero no era mármol ni tampoco de Carrara. Era granito rosa de O Porriño.
Cuando la Unión Europea sometió a concurso la construcción de la fachada del inmueble, que está ubicado en la bruselense plaza de Robert Schuman -en el popularmente llamado barrio de las Comunidades- ,la contrata fue adjudicada a una unión temporal constituida por dos empresas belgas que presentaron un novedoso diseño en el que solo se empleaban cristal y una piedra noble que, en principio, se apuntó que sería mármol.
Tras solicitar ofertas y realizar una prospección de mercado, los adjudicatarios de la obra decidieron importar el
mármol -supuestamente de Carrara, o de categoría similar- que ofreció una empresa italiana.
Pero resultó que las losas de piedra eran granito rosa de Porriño que la firma gallega Blokdegal suministró a un importador trasalpino. En Italia cortaron y pulieron la piedra y, a la vista de que su calidad no tiene nada que envidiar a los acreditados mármoles italianos o andaluces, la enviaron con el sello «made in Italy» a sus clientes bruselenses.
En medios comunitarios se comentaba el episodio, comparándolo al ocurrido en Tokio, donde también se empleó granito gallego que, oficialmente, era italiano.
El suceso solo era un secreto a medias, pues tanto el Gobierno gallego como la Asociación de Graniteros de Galicia tenían conocimiento de lo que había acontecido.
El equívoco se ha prestado a anécdotas sabrosas, como la protagonizada por el rotativo belga Le Soir, que revelaba que el mármol de Carrara era granito de la «localidad portuguesa de Porriño».