El Consorcio del Louro garantiza el suministro de agua potable, con Eiras al 40 %

O PORRIÑO

M.MORALEJO

Mos, O Porriño, Tui y Salceda hacen un llamamiento a los vecinos para minimizar el consumo para evitar problemas si la sequía persiste

29 ago 2022 . Actualizado a las 17:13 h.

El Consorcio de Augas do Louro, integrado por los Concellos de O Porriño, Mos, Salceda de Caselas y Tui, garantiza el suministro de agua potable, con Eiras por debajo del 40 % de su capacidad. Representantes de los cuatro gobiernos y la directora de Augas de Galicia, Teresa María Gutiérrez, se han reunido para comprobar de primera mano la autonomía de la red de abastecimiento en caso de alerta por seca.

A diferencia de otro concellos como el de Vigo, ponen como ejemplo, el consorcio podía seguir tratando y distribuyendo agua para los hogares e industrias gracias a un sistema de bombeo y potabilización que permitiría garantizar el suministro de agua apta para el consumo humano.

«El embalse se encuentra actualmente a un 81 % de capacidad y, con un consumo semanal del 3 %. Una cifra que se engrosará notablemente una vez que el Concello de Vigo se abastezca en su totalidad del mismo», explicó el alcalde de O Porriño, Alejandro Lorenzo.

En la actualidad no está comprometida la disponibilidad de este recurso en la zona, pero, de no darse lluvias continuadas, la situación puede complicarse de cara al otoño.

La última situación de sequía que vivimos fue en el otoño del 2017 y los datos con los que trabaja el consorcio apuntan a que «puede darse una situación complicada, por lo  que ya comenzamos a intentar minimizar hace meses». Entre las medidas implementadas destacan el cierre de los sistemas de riego, la anulación de los baldeos y la supresión de los eventos que conllevaran un consumo no necesario de agua, activándose el plan de emergencia contra la sequía. 

Los alcaldes de los cuatro municipios apelan a un consumo responsable de agua por parte de la ciudadanía y también del tejido empresarial, a fin de evitar la adopción de restricciones y medidas más drásticas, como las que hubo que afrontar en las crisis del 2017 y el 2018. Se hace un llamamiento a evitar en lo posible el riego de jardines, el llenado de piscinas o la limpieza de calles y vehículos.