Una ONG busca ropa para los senegaleses que llegaron con unas chancletas como único calzado
01 nov 2023 . Actualizado a las 13:13 h.En chancletas y casi sin ropa de abrigo. Así han llegado a O Porriño muchos de los cuarenta migrantes senegaleses que acabaron primero en Santa Cruz de Tenerife tras una larga travesía en cayucos por el Atlántico. Desde Canarias fueron llevados a Madrid y de ahí a esta localidad pontevedresa. Es la primera gran remesa que está en Galicia por la última crisis migratoria.
Un albergue de peregrinos del casco urbano será su primer hogar provisional a lo largo de los próximos meses. Allí tendrán todas sus necesidades cubiertas. Han llegado con lo puesto, con la poca ropa que trajeron de su país o les pudieron suministrar las ONG cuando desembarcaron. Pero no había calzado para todos. Unas chancletas es lo único con lo que muchos se tienen que conformar para dar sus primeros pasos en Galicia. Anduvieron por las calles de O Porriño con los pies casi descalzos en plena lluvia, dado que van a comer por turnos a un establecimiento cercano al albergue, acompañados por una monitora.
La ONG de Vigo es Diversidades Acolle, dentro de la federación Red Acoge, se encarga de su atención humanitaria. Dotarles de ropa es ahora una de las prioridades y los profesionales de esta entidad ya se han puesto en contacto con Cáritas para que puedan afrontar el invierno con la indumentaria más apropiada para pasar el frío. Algunos vecinos también se han acercado hasta el albergue para ofrecerles ropa.
El itinerario que seguirán en el futuro todavía es incierto. En el albergue, ubicado muy cerca del paso a nivel, podrán estar, al menos, hasta fin de año, cuando finaliza la reserva. Algunos se podrán reunir con familiares en Europa que llegaron antes que ellos arriesgando también sus vidas en una dura travesía por el Atlántico.
La mayoría están solos y se encuentran con el problema de que no hablan español. Resulta necesario intérpretes de francés para poder establecer una comunicación con ellos. Todos son jóvenes, con edades comprendidas entre los 20 y los 30 años. Este martes, su primer día, pasaron las horas en la sala del albergue, viendo la televisión, como la repetición del último enfrentamiento entre el Real Madrid y el Barça, esperando una solución a su situación. Uno de ellos hacía el gesto de tener frío. No tenía nada que ponerse encima de su camiseta de manga corta. «En nuestro país teníamos muchos problemas», comentaba uno de los miembros del grupo que habla un poco de español. Gracias a los teléfonos móviles pueden mantenerse en contacto con sus familias en Senegal.
Los especialistas de Diversidades empiezan a trabajar en favor de su protección, una misión que manejan con un gran hermetismo para velar por los derechos de los migrantes. «Tenemos un compromiso de confidencialidad acerca del trabajo que estamos realizando. No podemos dar ningún detalle relacionado con la intervención», señalaba en el albergue el coordinador, Santiago González Avión. Explican desde la ONG que velan por la privacidad del grupo de migrantes que acaba de llegar a O Porriño.
De hecho, su llegada a O Porriño ha estado envuelta en el más absoluto secretismo. Ni siquiera los miembros del gobierno municipal tenían conocimiento de su llegada.