La mujer era amiga del principal sospechoso y su testimonio es clave para corroborar su coartada
23 mar 2021 . Actualizado a las 21:19 h.Una testigo del caso Déborah Fernández-Cervera, amiga de la pandilla, ha declarado hoy en los juzgados de Tui pero alega que sufre «fallos de memoria» o «falta de recuerdos», por lo que ya no visualiza detalles muy concretos relativos a la tarde de la desaparición de la joven viguesa en abril del 2002.
La familia de la desaparecida logró que la Audiencia ordenase a la jueza que volviese a interrogar a dicha testigo porque veían contradicciones en su declaración inicial, la cual no coincidía con la de otros miembros de su pandilla en aquel entonces. Su testimonio no encajaba con el de otros jóvenes que habían estado juntos en un campo de fútbol la tarde de la desaparición de Déborah. No coincidía la forma de llegar al centro deportivo, si fue en coche, si lo hizo conduciendo ella o quién la acompañaba. En la nueva ronda de preguntas, la testigo admitió que tenía lagunas de memoria pasados casi 20 años, por lo que no ha podido aportar nueva información al proceso, que haya trascendido.
La declaración causó decepción en la familia de la fallecida porque esperaban obtener algún detalle nuevo o alguna pistas que aclare con quién estaba Déborah.
En abril, se reanudarán los interrogatorios ordenados por la Audiencia para despejar dudas sobre las últimas horas de la joven y de los movimientos que hicieron las personas de su entorno.
La familia está ahora a la espera de que la Justicia decida si exhuman el cadáver de Déborah en busca de nuevas pistas para desenmascarar a la persona que la acompañó en sus últimos minutos y días después depositó su cadáver desnudo en una cuneta de la zona de Oia y O Rosal. Solo queda un año para resolver el enigma o el caso prescribirá.