El pueblo entero de Oia se moviliza y prepara una casa para 18 refugiados ucranianos

Monica Torres
mónica torres OIA / LA VOZ

OIA

cedida

Los comuneros correrán con los gastos del alquiler y ya han buscado trabajo para los adultos en cuanto se manejen en el idioma

12 abr 2022 . Actualizado a las 00:22 h.

La acogida de dieciocho personas que han tenido que huir de la guerra en Ucrania ha movilizado a todo el municipio de Oia. El pueblo entero participa desde hace días en la recepción e integración de diez mujeres, siete niños y un hombre que, gracias a una cadena solidaria, podrán convivir en una misma casa desde esta misma semana.

Cinco comunidades de montes, las de Santa María de Oia, Mougás, Lourenza, Perdornes y Burgueira, han hecho un frente común en el que también participan ya las asociaciones de vecinos y el propio Concello. «Es un proyecto que ha unido a toda la sociedad y que todo un pueblo se vuelque así es para estar orgulloso», indica Venancio Miniño, presidente de la comunidad de montes de Mougás. En el único municipio de España con una específica Concejalía de la Felicidad y la Vecindad, se les nota duchos en ambas materias. «Non o dubidamos, porque é unha cuestión de humanidade coa que todos imos aprender», señala Xosé Antón Rodríguez, desde la comunidad de montes de Santa María de Oia.

Los comuneros, apuntan Miniño y Rodríguez, sintieron la necesidad de ayudar desde que comenzó la invasión rusa y estudiaron distintas fórmulas. Una llamada desde el País Vasco les dio la oportunidad de ponerse manos a la obra. «Un amigo mío vasco que se casó y residía en Kiev se quedó diez días en Polonia ayudando a que la gente pudiera escapar, pero cuando ya se iba a volver él para el País Vasco, a donde antes había evacuado a su mujer y su hija, llegó a la frontera otro grupo de 18 personas a las que no podía dejar allí, así que alquiló furgonetas y las trajo», explica Venancio Miniño. Ese amigo, Gorka Barrigón, «con un corazón que no le cabe en el pecho», llamó a Oia desde el País Vasco y el 12 de marzo comuneros, vecinos y Concello acordaron comenzar el proceso de acogida.

«Nos pareció muy importante que pudieran estar juntos, para su comodidad y tranquilidad, por logística y escolarización», explica Miniño. Los propietarios de una casa de Mougás aportan su grano de arena rehabilitando la vivienda, que tiene siete habitaciones y tres baños y, en vez de destinarla al alquiler de verano, la cederán por un precio mucho más bajo tras acabar de prepararla y los comuneros correrán con los gastos del alquiler. Cada comunidad puso 3.000 euros y el Concello también colabor, pero además la asociación de vecinos de Mougás ha reunido ya muebles y ropa para todos sus nuevos munícipes, que llegaron el viernes por la noche a Oia y, en todas las parroquias se organizan recogida de enseres y de alimentos.

«La pretensión no es adoptar a nadie, sino dignificar a las personas, integrándolas en la comunidad y facilitándoles herramientas para que puedan valerse por sí mismas», indican los comuneros.

Para romper la barrera del idioma, contratarán un profesor de español. Ya han hablado con el colegio para la escolarización de los menores y, tras reunirse con empresas del municipio, ya tienen también trabajo para que los once adultos puedan incorporarse al mundo laboral en cuanto se manejen con el idioma y el lugar, «en unos dos meses». Hasta que la casa esté totalmente preparada, dos establecimientos del municipio facilitan también el alojamiento de estos vecinos ucranianos que han hecho aún más grande al pueblo de Oia.