El denunciado, un vecino de Ponteareas de 44 años que estaba encaramado a un árbol, no tenía permiso de armas
26 oct 2023 . Actualizado a las 00:36 h.Subido a un árbol, esperando a la aparición de un jabalí y armado con un arco de flechas de caza profesional. Así se encontró el lunes la Guardia Civil a un vecino de Ponteareas en medio del monte en la comarca de A Paradanta. Fue un testigo quien dio aviso a los agentes de que creía haber visto a alguien realizando actividades de caza furtiva en el bosque, por lo que se desplazó hasta allí una dotación de la Usecic (unidad de servicio de atención al ciudadano de la Guardia Civil)
El cazador furtivo resultó ser un vecino de 44 años de Ponteareas que carecía de documentación del arma y también del correspondiente permiso de caza. Según explicó a los agentes, solo quería capturar un jabalí para consumo propio. Por estos hechos fue denunciado de acuerdo con la Ley 13/2013 de caza de Galicia y el arco de flechas que portaba quedó requisado y entregado al depósito de intervención de armas y explosivos de la Guardia Civil.
La Xunta autorizó la caza «sin límite» de jabalíes en 248 ayuntamientos de Galicia hasta febrero para dar respuesta a una «emergencia cinegética» que pretende evitar efectos en la ganadería y la agricultura. Pueden matarse en un 80 % de los ayuntamientos y de la superficie de la comunidad gallega hasta el 25 de febrero del 2024, fin de la temporada de caza. Sin embargo, cualquiera que practique esta disciplina ha de tener las autorizaciones pertinentes, hacerlo en los terrenos acotados y, por supuesto, con las armas convenientemente documentadas. Nada que ver con lo sucedido en Ponteareas ya que, el furtivo denunciado ni siquiera tenía permiso para cazar, según ha confirmado la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra.
En la provincia de Pontevedra se han autorizado las batidas en Baiona, Vigo, Pontevedra, Barro, Mondariz-Balneario, Ponteareas, A Estrada, Forcarei, Agolada y Lalín. No así en la comarca de O Baixo Miño, una de las grandes afectadas el año pasado por la constante irrupción de los jabalíes en los campos sembrados de maíz.