Localizados un cráneo y varios huesos en una finca de Arcade, en Pontevedra

Monica Torres
Mónica Torres SOUTDOMAIOR / LA VOZ

SOUTOMAIOR

Guardia Civil

La Guardia Civil ha abierto una investigación para identificar los restos. Una vecina del municipio está desaparecida desde hace tres años, aunque de momento no existen más datos para relacionar los casos

19 jun 2024 . Actualizado a las 10:12 h.

La Guardia Civil investiga el hallazgo de un cráneo y varios huesos en una finca de Arcade, en el municipio de Soutomaior. Desde la Comandancia de Pontevedra se extreman las cautelas indicando que aún es prematuro saber si son humanos y mucho más el sexo de la posible víctima. El equipo de Policía Judicial está al frente de la investigación y se trasladó de inmediato al lugar en cuanto se conocieron los hechos. Fue sobre las cinco de la tarde, en una finca particular del barrio do Conde, una zona pegada a la calle principal, que es la que conecta la calle de Roxelio Landeiro con Ponte Sampaio, en las proximidades del río Verdugo.

Un operario que estaba desbrozando una finca particular fue el que hizo el macabro hallazgo y alertó de inmediato a los cuerpos y fuerzas de seguridad. El concejal de Interior de Soutomaior, Diego Moreira, se limitó a confirmar la localización de unos restos y agradeció el trabajo de la Guardia Civil, a la vez que pedía tiempo y margen para que puedan realizar su labor.

Ahora habrá que determinar la antigüedad del cráneo y los huesos, que, según algunas fuentes, presentaban algún traumatismo, extremo que también podría deberse al uso de la maquinaria en la finca. Todas las hipótesis están abiertas y hay muchas incógnitas que requerirán realizar un trabajo a fondo tanto de campo como de laboratorio. Además de confirmar la naturaleza de los restos, hay que conseguir identificar a la víctima. Debido al estado de descomposición de los restos, todo apunta a que la única posible identificación sería a través de pruebas de ADN si fueran cotejables.

En la finca se desplegó un amplio operativo para la inspección ocular ya que no se descartaba la localización de más huesos y, por ello, los agentes trabajaron en la zona hasta que casi se fue la luz.

Cualquier hipótesis es prematura y nadie se atreve a hacer suposiciones, pero los lugareños saben que la espera hasta que concluya la investigación de la Guardia Civil va a hacer aún más dura la tardanza de una familia del pueblo que desde hace tres años busca a una vecina desaparecida. Nada hace pensar que los restos localizados puedan ser los suyos, pero también es imposible no ponerse en el lugar de la familia, cuya lucha por buscar a su madre no ha tenido tregua desde que desapareció el 13 de julio del 2021. Ese día, a las tres de la tarde, Manuela Barbosa, de 66 años, salió de su casa para ir hasta la de su hija, pero nunca llegó a su destino. Sus hijas empapelaron el pueblo y los municipios aledaños en busca de ayuda por el temor a lo que le hubiera podido pasar a su madre. El día de su desaparición llevaba un vestido amarillo oscuro con estampado de lunares blancos, mascarilla negra y un bolso de paja redondo. Las batidas para localizarla fueron infructuosas.